Como ocurre en casi todo el mundo, los ánimos están muy caldeados.
En el caso de Turquía existe la amenaza del terrorismo fundamentalista y para ello el presidente de la república, Recep Tayyip Erdogan, ha pedido más poderes.
Cuando se hizo la moción en el parlamento de ese país las discuciones no se hicieron esperar para después, pasar a «las manos».
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