Entre 50 y 60 misiles del tipo Tomahawk fueron lanzados desde dos barcos de la marina de Estados Unidos posicionados en el Mar Mediterráneo.
Esta acción fue en represalia por el reciente ataque con armas químicas por parte del régimen de Bashar al-Assad donde civiles -niños incluidos- murieron.
El objetivo el aeródromo desde donde se llevó a cabo el ataque, los aviones que en este se encontraban así como las reservas de combustible.
Este es el primer golpe militar directo por parte de Estados Unidos en Siria.
El presidente Donald Trump aseguró que el ataque «es vital para la seguridad nacional» e hizo un llamado a las naciones civilizadas para unirse en contra de Siria. El mandatario ya había advetido que «algo pasaría» luego de enterarse del ataque con gases.
Algunas fuentes aseveran que Trump dio aviso a Rusia antes del ataque.