El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se trasladó este lunes a Bruselas junto a cinco de sus consejeros, según fuentes del Ministerio del Interior. Puigdemont solicitará derecho de asilo en Bélgica, o tratará de armar una estrategia de defensa que persiga dilatar los plazos o embrollar el procedimiento, según sus abogados.
La llegada a Bruselas de Puigdemont y sus consejeros —Joaquim Forn (PDeCAT), Meritxell Borràs (PDeCAT), Antoni Comín (independiente), Dolors Bassa (ERC) y Meritxell Serret (ERC)— se produjo unas horas después de que el secretario de Estado belga Theo Francken abriera la puerta a la solicitud del estatuto de asilado para el ya expresidente de la Generalitat. La crisis de Estado española se traslada así a Bélgica, que tiene sus propias cuitas con los nacionalismos desde hace años.
“Si finalmente Puigdemont no solicita el asilo, la lectura directa será que Bélgica le ha avisado de que no se lo va a conceder porque eso provocaría inmediatamente una crisis política belga y europea”, explicaron fuentes diplomáticas. España cree que la figura del asilo diplomático o territorial es inaplicable, más aún entre Estados de la UE, concluye un informe del Ejecutivo español.
Con información de El País