Muere Eduardo Manzano a los 87 años, figura entrañable de la comedia mexicana

La muerte de Eduardo Manzano deja un vacío profundo en la cultura popular mexicana. La noticia fue confirmada por su familia, quienes informaron su fallecimiento a los 87 años mediante un mensaje que describió el momento como el cierre de un telón que acompañó a varias generaciones. La pérdida resonó de inmediato entre colegas, seguidores y quienes crecieron con sus personajes, marcados por un estilo de humor que acompañó a México durante décadas.

Manzano perteneció a una generación de artistas que hicieron de la televisión y el teatro un punto de encuentro familiar. Su presencia era sinónimo de un humor accesible, cotidiano y cercano, capaz de cruzar edades y contextos. La noticia de su muerte reabre la conversación sobre el valor de quienes conformaron el imaginario televisivo del país, especialmente en una época donde la comedia construía identidad y acompañaba la vida diaria de millones.

En los últimos años, su aparición en proyectos recientes permitió que nuevas audiencias lo redescubrieran. Su trabajo tenía la particularidad de permanecer vigente gracias a su calidez escénica y su capacidad para adaptarse sin perder autenticidad. Por eso, la noticia de su partida no solo convoca nostalgia, sino reconocimiento por una trayectoria que se mantuvo activa y relevante.

Eduardo Manzano y los hitos de su carrera

Eduardo Manzano nació en Ciudad de México en 1938 y se consolidó como una de las figuras más reconocidas del entretenimiento nacional. Alcanzó gran popularidad como integrante de Los Polivoces, un dúo cómico que marcó una época con personajes que retrataban la vida cotidiana del país y que se convirtieron en referentes de la televisión mexicana.

Su trayectoria abarcó teatro, cine, televisión y doblaje. Participó en decenas de películas, colaboró en producciones humorísticas de gran alcance y formó parte de una extensa tradición de comediantes que dieron forma al entretenimiento nacional durante la segunda mitad del siglo veinte. Ya en etapas más recientes, conectó con una nueva generación gracias a su papel en la serie Una familia de diez, donde interpretó al abuelo Arnoldo, uno de los personajes más queridos por el público.

Manzano mantuvo actividad artística hasta sus últimos años, lo que le permitió sostener un vínculo permanente con audiencias que apreciaban su estilo y su calidez en pantalla. Su carrera, extensa y diversa, lo coloca dentro de la línea de comediantes que definieron la identidad televisiva de México durante más de seis décadas.