¡Señoras y señores! Lo que debió ser una tranquila Navidad familiar se convirtió en un show digno de «Mi México Mágico». ¿El escenario? El Centro Histórico de Aguascalientes. ¿Los protagonistas?… ni más ni menos que Santa Claus y el mismísimo Grinch, quienes decidieron arreglar sus diferencias a golpes.
Todo comenzó con lo que parecía un simple pleito por propinas, pero, ¡oh sorpresa!, la cosa escaló de palabras a empujones y luego a unos descontones dignos de la UFC navideña.
Testigos aseguran que la bronca explotó porque a uno de los compas le estaban dejando más dinero que al otro. «Ya se armó el desmadre», se escucha decir a un testigo que grabó todo y no dudó en narrarlo con la misma pasión que un comentarista de lucha libre: “Ya se lo llevan al Grinch, aquí está el Santa Claus tirado y sangrando, le dieron su buen cariñito”.
La Policía Municipal tuvo que intervenir para separar a estos gladiadores de la Navidad y, aun así, mientras los subían a la patrulla, Santa y el Grinch seguían tirándose miradas y gritos.
¿Resultado? Unos niños traumatizados, unos papás sin saber cómo explicar lo que vieron, y las redes sociales en llamas.
Videos y fotos del pleito se hicieron virales en minutos, dejando joyas de comentarios como: “Mi México Mágico”, “Imagínate vivir en Suiza y perderte esto”, y el clásico “El Grinch cumpliendo su papel en la vida real”.
¡Ah!, pero aquí no acaba todo. La imagen del Grinch arruinando la Navidad ya de por sí fue irónica, pero verlo literalmente peleando con Santa Claus hizo que la escena pareciera salida de una película de humor negro. Mientras tanto, el pobre Santa quedó con golpes y sangrando, mientras familias enteras, que solo querían tomarse la foto para el recuerdo, terminaron presenciando el episodio más surreal de la temporada.
Y cómo olvidar las palabras de un padre que, entre molesto y confundido, declaró: “No es posible que estén peleando así. Nosotros venimos con los niños a disfrutar de la Navidad y nos encontramos con esto”.
Esta historia nos deja claro que en México hasta la Navidad puede ser escenario para un momento surrealista… ¡Y que alguien le pase un hielo al Santa, por favor!