Perteneciente a la llamada generación de la Ruptura, inscrito en la corriente del abstraccionismo Luis López Loza crea una relación muy cercana con Wolfgang Pallen, Juan Soriano, Gunter Gerzo, Fernando y Juan García Ponce, además de las figuras de Manuel Felguérez, Jose Luis Cuevas y miembros de una generación que renovó el lenguaje, los medios, los temas y las problemáticas del arte mexicano a mitad del siglo XX.
Después de más de medio siglo de producción artística la solidez de la expresión y la singularidad del trabajo Luis López Loza evidencia en un lenguaje propio donde las formas se crean a partir de yuxtaposiciones cromáticas.
La escultura la pintura y el grabado son para López Loza una forma de reaccionar hacia la naturaleza de la vida lo cual lo lleva, en sus propias palabras:
«Crear formas perdidas que resguardan un misterio ,y que en ocasiones me parece como si detrás de ellas hubiera una sombra ,éste es el deseo que me incita al trabajo constante, siempre acompañado de elementos conceptuales. Me entrego a esta espiral buscando alturas cromáticas que dialoguen entre si. Esto es una forma de estructurar mis pasiones, de liberarme de la esclavitud que impone una realidad tan persistente como combativa».