Este fin de semana tres niños fueron asesinados en una comunidad cercana a San Miguel de Allende tras un confuso suceso en el que está implicada la policía, su familia y un supuesto grupo delictivo.
Luego de un reporte de vecinos por una balacera en la comunidad de Cieneguita, la policía se dirigió al lugar en donde fueron recibidos con disparos, ello dio inicio a un tiroteo con integrantes de un grupo delictivo que huyeron por el patio trasero del inmueble. En el lugar la policía encontró a dos personas, una de ellas con un arma y los cadáveres de tres menores, por lo que se procedió a su detención. Se trataba de los padres de los pequeños Antonio, el vigilante del inmueble, y de su esposa Juana.
Según la Procuraduría de Guanajuato, la mujer confesó que su esposo había matado a los menores y trataba de asesinarla a ella también. Paralelamente las balas sustraídas del cuerpo de los niños habrían dado positivo en las pruebas periciales y coincidirían con los proyectiles de la pistola del padre quien fue puesto a disposición del Juez, acusado del multihomicidio de sus hijos.
El comunicado de la Procuraduría dice: “Junto con él se encontraba una persona del sexo femenino quien dijo ser su esposa y señalaba a los elementos que también iba a ser privada de la vida por parte de quien dijo era su esposo y que quien había privado de la vida a sus tres menores hijos”. En la casa encontraron armas cortas, armas largas de grueso calibre y droga.
Sin embargo, la versión de la mujer al ser liberada es totalmente diferente. Exculpó a su esposo y denunció irregularidades en su detención ya que al parecer no le proporcionaron un abogado; no tuvo derecho a una llamada telefónica, y la dejaron ir después de que firmaron hojas en blanco.
Ella contó que sus tres hijos y su marido pasaron la noche en la finca donde él trabaja como velador y que mientras dormían escucharon disparos, por lo que todos se escondieron en un baño del primer piso. Sin embargo, fueron descubiertos y puestos boca bajo para posteriormente llevarse a su marido a otra parte de la casa.
Con información de El País