Las puertas del ascensor se abren en el quinto piso.
Aldo, con su teléfono celular en la mano, levanta la vista un momento y se encuentra con la cara sonriente de Mauro, uno de los ejecutivos de ventas.
En realidad, no son amigos ni tienen algo más en común que trabajar en la misma empresa. Pero siempre que se encuentran, se saludan cordialmente.
-“Buenos días”, piensa Aldo.
-“Buenos días”, piensa también Mauro, contestando el saludo.
En menos de 10 segundos, Aldo se entera de que Mauro tiene una junta muy importante en media hora. Presentará un proyecto para una nueva campaña de promoción y de eso depende si le aumentan el sueldo o no.
Aldo intenta darle ánimos y piensa:
-“No te preocupes. Seguro que te irá muy bien.”
Mauro se sorprende y abre los ojos intrigado.
Aldo se da cuenta de su indiscreción y piensa rápidamente:
-“Discúlpame. No era mi intención andar de metiche en tu mente.”
Mauro niega con la cabeza divertido y piensa relajado:
-“No te preocupes. Ando tan nervioso que casi estoy pensando en voz alta lo de la junta. Gracias por los buenos deseos.”
El ascensor llega al décimo piso y Mauro sale, no sin antes dirigir una última sonrisa con amabilidad a Aldo.
De camino al vigésimo piso, Aldo piensa con determinación:
-“Debo tener más cuidado en no meterme en la cabeza de los demás o un día me van a partir la cara por indiscreto.”
Apuesto a que en este momento estás preguntándote: “¿Fer dijo “piensa” o “pensó” en lugar de “dice” o “dijo”?”
Y seguramente estás pensando: “Ay, Fer se equivocó varias veces.”
¿Pero qué crees? No me equivoqué. Aldo y Mauro se comunicaron con la mente. ¡Así como lo escuchas!
Y entonces, más de uno se está imaginando que la historia del periodismo de vida de hoy es como una de tantas de ciencia ficción, de Stephen King o Steven Spielberg. Pero no.
Dicen que la realidad supera a la ficción y más cuando la tecnología nos sorprende día con día con nuevos inventos y adelantos científicos.
Pero me van a decir: “Sí, Fer. Pero eso de leer la mente no es posible.”
¿Y cómo ven que sí es posible? Es una realidad gracias a los adelantos tecnológicos de nuestro tiempo.
Un grupo de seis investigadores japoneses de la Universidad de Tecnología de Toyohashi desarrollaron un mecanismo capaz de leer la mente, analizando las ondas cerebrales que producen las sílabas antes de pronunciarse.
La intención es crear un procesador de texto que logre “escribir por imágenes de voz”, sin necesidad de hablar o utilizar los dedos.
Según el director de este proyecto, el profesor Tsuneo Nitta, el equipo estudia las ondas cerebrales que se observan al recordar las sílabas, usando un casco con 64 electrodos.
En el experimento, se miden las ondas de las personas cuando pronuncian varios monosílabos y números. Detectando así que, 0.2 segundos antes de emitir una sola palabra, la zona del cerebro que se ilumina es variable, dependiendo de la sílaba.
Con esto se encontró también que la detección es más complicada cuando las personas no pronuncian las sílabas, pues las señales son más débiles, pero siguen existiendo.
Sin embargo, los investigadores consiguieron crear patrones de las ondas cerebrales y al compararlas se lograron identificar sílabas con una precisión del 60% y números con un 90% de precisión.
El desarrollo de una tecnología como esta podría ayudar a personas con problemas de miastenia. Esta enfermedad neuromuscular crónica que por sus síntomas de debilidad y fatiga muscular impide que los pacientes puedan comunicarse con normalidad.
Hoy en día tenemos instrumentos tecnológicos que convierten la voz en texto, pero las investigaciones del profesor Tsuneo Nitta están enfocadas en desarrollar una interfaz que reconozca las sílabas en la mente para escribirlas directamente, sin necesidad de emitir una sola palabra.
¿Ven como la historia de Aldo y Mauro no es tan descabellada después de todo?
Incluso Facebook anunció hace poco que están enfocados en crear un sistema experimental para utilizar las ondas cerebrales y que los usuarios logremos mandar mensajes, con una capacidad de 100 palabras por minuto.
En los últimos años hemos presenciado innovaciones tecnológicas que si no fuera porque las vemos, pensaríamos que se trata de una novela de Aldous Huxley. ¿Recuerdan su novela Un mundo feliz? Donde habla de la manipulación genética.
O el caso de Julio Verne, que en varias de sus novelas escritas antes del siglo 20, se adelantó a muchos inventos que se convirtieron en realidad, como el submarino, las armas eléctricas, los viajes a la Luna y las videoconferencias.
Si bien en cierto que muchos de estos avances, en algunos casos desafortunados, son aprovechados por gente sin escrúpulos, también hay que reconocer que nos han ayudado a mejorar nuestra calidad de vida. Como en el área médica, que ahora es mucho más seguro someterse a varios tipos de intervenciones quirúrgicas.
Ahora tenemos robots que son utilizados para tareas de rescate, en procesos industriales peligrosos o los que manipulan bombas en actos de terrorismo.
Tenemos una larga de lista de creaciones tecnológicas que definitivamente han cambiado nuestro mundo. ¿Qué tan buenos son o qué tan malos? Depende del uso que se les dé. Y me gusta pensar que como somos más los buenos, esta tecnología se debe aprovechar para ayudar a la humanidad, para hacernos las cosas más fáciles y salvar más vidas.
Yo te pregunto, ¿qué invento o qué tecnología crees que ha cambiado nuestro mundo? Pero más específicamente, ¿qué tecnología crees que ha cambiado tu vida para bien?