La gastronomía mexicana se ha consolidado como uno de los motores económicos y culturales más relevantes dentro de los Geoparques Mundiales de la UNESCO, al convertirse en una fuente de ingresos clave que fortalece la economía circular y preserva la identidad de las comunidades, destacó la investigadora de la UNAM Emmaline Montserrat Rosado González.
De acuerdo con la especialista de la Unidad Académica de Estudios Territoriales Oaxaca del Instituto de Geografía, la comida representa un producto turístico de alta demanda, ya que es una necesidad básica para cualquier visitante. En muchos casos, explicó, supera incluso a la venta de artesanías o al hospedaje como principal generador de ingresos para las localidades.
Cultura, identidad y desarrollo sostenible
Rosado González subrayó que la gastronomía no solo tiene un valor económico, sino que constituye un elemento central de la cultura, historia y valores de los pueblos, además de ser una vía efectiva para impulsar un desarrollo local sostenible.
Este modelo se observa con claridad en los Geoparques Mundiales de la UNESCO, territorios que buscan conservar el patrimonio natural y cultural mediante una gestión integral del suelo, la biodiversidad, la geodiversidad, los paisajes y las prácticas tradicionales. México cuenta actualmente con dos geoparques reconocidos, ubicados en Hidalgo y Oaxaca, así como un proyecto aspirante en Múzquiz, Coahuila.

Recuperar saberes alimentarios ancestrales
La investigadora señaló que las comunidades originarias mantenían dietas más saludables basadas en el uso responsable de los recursos naturales, conocimientos que con el tiempo se han ido perdiendo. En este contexto, la gastronomía funciona como un medio para rescatar recetas, técnicas y productos tradicionales, vinculados directamente con la geología y los suelos de cada región.
En el Geoparque Mundial UNESCO Mixteca Alta, en Oaxaca, se promueve un patrimonio culinario que combina herencias prehispánicas y coloniales, dando lugar a una diversidad de sabores, colores y técnicas que hoy se busca preservar y proyectar como atractivo turístico.
Economía circular y consumo local
Uno de los ejes centrales del modelo de los geoparques es la creación de redes de consumo local, donde restaurantes, hoteles y servicios turísticos adquieren la mayor parte de sus insumos a productores de la región. Este esquema fortalece a pequeños agricultores y familias, fomenta la autosuficiencia y mantiene los beneficios económicos dentro de la comunidad.
La promoción gastronómica incluye desde la valorización de productos como maíces nativos, hasta cooperativas de mujeres, servicios de catering, festivales culinarios y ferias locales que permiten la comercialización directa.

Patrimonio reconocido a nivel mundial
La especialista recordó que la comida mexicana fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, reconocimiento que ha incrementado el interés internacional y el flujo de visitantes hacia distintas regiones del país.
En Oaxaca, se han desarrollado herramientas como la Guía gastronómica del Geoparque Mundial UNESCO Mixteca Alta, que documenta la evolución histórica de la cocina local, utensilios tradicionales, recetas, métodos de cocción y rutas gastronómicas en los municipios que integran el territorio.
En Hidalgo, el Geoparque de la Comarca Minera ofrece itinerarios que permiten conocer la elaboración de alimentos emblemáticos como la barbacoa y bebidas tradicionales como el pulque, vinculando la experiencia culinaria con su contexto histórico y cultural.
Actualmente, los esfuerzos se concentran en fortalecer la promoción gastronómica mediante la colaboración con instituciones culturales y turísticas, con el objetivo de consolidar esta riqueza como una oferta turística sostenible y de largo plazo.




