El agente Chase Miller y su compañero acudieron a una emergencia después de que un hombre llamara al 911 desde un restaurante de Kentucky Fried Chicken en Granbury, Texas, cuando llegaron vieron como una mujer lloraba mientras llevaba en sus brazos a un pequeño de tres años quien no respondía ni respiraba.
Betania y John Geis los padres del pequeño Brayden, dijeron a los oficiales que le habían administrado al niño ibuprofeno porque tenía temperatura, pero momentos después lo vieron desvanecerse y luego convulsionarse.
Después de más de dos minutos de efectuar la técnica de RCP con el pequeño, por fin reaccionó y así el policía salvó su vida, por este motivo, el agente fue premiado, y posteriormente visitó al niño al hospital para llevarle un regalo.