La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, confirmó este miércoles el cierre de la frontera marítima y aérea con las islas de Aruba, Bonaire y Curazao, ya que, según explicó, esta última «quiere servir como centro de acopio para una supuesta ayuda humanitaria forzada».
Rodríguez informó que la medida se mantendrá indefinidamente y que las relaciones diplomáticas se someterán a revisión.
La vicepresidenta manifestó, tras anunciar el cierre fronterizo, que su país «siempre estará presto al diálogo en el marco del respeto absoluto a la autodeterminación de nuestro pueblo».
A pesar de las tensiones entre gobierno y oposición desde mediados de enero de este año, el ministro de la Defensa de Venezuela, general en jefe Vladimir Padrino López, descartó el martes que los militares vayan a ceder a las presiones internacionales y ratificó el respaldo de las fuerzas armadas a Maduro.
Padrino López condenó el pronunciamiento que realizó la víspera el presidente Donald Trump, en el que exhortó a los militares a apoyar al jefe de la Asamblea Nacional y líder opositor, Juan Guaidó, quien se declaró mandatario interino de Venezuela.
«Si nos quieren sancionar, sancionen. Si nos quieren chantajear, chantajeen, pero no lo van a lograr«, sostuvo el jefe militar al advertir que los militares no aceptarán la imposición de un gobierno «títere».
«Van a tener que pasar por nuestros cadáveres», agregó.