En Brasil, un video que se ha esparcido como pólvora por redes sociales ha desatado indignación y escalofríos. Las imágenes muestran a un hombre acostado sobre las vías del tren, con los ojos vendados, justo en la estación Aracaré, en el estado de São Paulo. Y no, no es un truco de edición: una locomotora pasa por encima… y el sujeto sale ileso.
Según reportó el portal G1, el maquinista del tren logró ver al hombre tendido en las vías y dio aviso inmediato al centro de control. Pero para cuando llegó el equipo de seguridad, el individuo ya había desaparecido.
Las autoridades no se lo tomaron a la ligera. La Policía Civil abrió una investigación por delitos contra la seguridad ferroviaria: peligro de desastre y apología del crimen. El detalle inquietante es que en el video se nota claramente que otra persona lo está grabando. O sea, no fue algo improvisado: hubo planeación, hubo intención… y todo por unas vistas.
El presidente del Colegio de Abogados en Mogi das Cruzes, Dirceu Valle, fue claro: este tipo de actos no solo perturban un servicio público, también ponen en riesgo vidas humanas. No es contenido, es crimen.
El trasfondo es más oscuro de lo que parece. El psiquiatra Rodrigo Martins Leite, de la Universidad de Campinas, alertó sobre el impacto psicosocial de este tipo de desafíos virales. Según él, muchos jóvenes están cayendo en una espiral peligrosa por conseguir validación digital. Lo que empieza con un “like”, termina con un pie sobre las vías.
“La moneda emocional del ‘me gusta’ se vuelve una adicción. Los algoritmos premian lo grotesco, lo extremo, lo mortal”, advierte Leite. Cuando la identidad se construye en función de ser visto, la vida misma se vuelve secundaria.
La Compañía Paulista de Trenes ya lanzó un llamado urgente a la ciudadanía: no pongas tu vida en juego por un video. Si ves algo parecido, denúncialo.
Porque entre el click y la tragedia… hay apenas un segundo.