¿Eres de los que cuidan lo que comen y te fijas en las etiquetas? ¿Te gusta comer bajo en grasa y con poca o nada de azúcar? Pues la PROFECO nos trae un aviso que seguro te va a caer como balde de agua fría.
En la última edición de la Revista del Consumidor de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), se lanzó un estudio detallado para descubrir cuál es el rey del pan de caja en el mercado mexicano, y una de las revelaciones más impactantes fue una advertencia sobre el consumo del infame Pan Bimbo Cero Cero.
En este análisis, la Profeco examinó un total de 46 marcas de pan de caja en todas sus formas, con el objetivo de identificar el mejor producto en términos de salud y precio para los consumidores.
Se tomaron en cuenta varios aspectos nutricionales e ingredientes, pero solo los más importantes se consideraron en la clasificación final: contenido de sodio, azúcares totales, precio por envase y precio por cada 100 gramos.
La Profeco decidió sonar la alarma sobre el Pan Bimbo Cero Cero debido a ciertas irregularidades encontradas en la información nutricional proporcionada en sus envases. A pesar de que estos productos se promocionan como «Cero Cero», presumiendo bajos niveles de ciertos nutrientes, el estudio reveló que la realidad es distinta. Específicamente, se descubrieron diferencias sustanciales en los niveles de azúcares totales, con valores mucho más altos de lo que se declara en el empaque.
En el caso del Pan Bimbo Cero Cero Multigrano de 610 gramos, el envase afirma contener 1.2 gramos de azúcares totales, pero el estudio desenmascaró la verdad: contiene 4.3 gramos, casi tres veces más de lo que se proclama.
De manera similar, el Pan Bimbo Cero Cero de 305 gramos declara tener 1.5 gramos de azúcares totales, cuando en realidad alberga 5.7 gramos. Además, se detectaron discrepancias en la cantidad de proteína, con valores menores a los anunciados en el envase.
Estos hallazgos subrayan la importancia de una información nutricional veraz y transparente en los productos alimenticios, así como la necesidad de una supervisión rigurosa por parte de las autoridades para asegurar la salud y seguridad de los consumidores.
No es por intrigar, pero mientras son peras o manzanas ¡saquen los bolillos!
Por cierto, acá puedes descargar y consultar y de la Revista del Consumidor de abril
(desde la página 40).