La incorporación de la inteligencia artificial (IA) en la educación es inevitable, por lo que debe utilizarse con prudencia y responsabilidad ética, teniendo especial cuidado en la regulación excesiva que podría inhibir los avances y retrasar la innovación en los procesos de enseñanza, apuntó el coordinador de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (CUAIEED), de la UNAM, Melchor Sánchez Mendiola.
En entrevista dijo que actualmente lo que genera esta nueva herramienta digital requiere de supervisión humana y, al ser utilizada por profesores y estudiantes, debe considerarse como auxiliar paralelo que va a fortificar las habilidades que se tienen en la docencia.
Su potencial es enorme y, si bien tiene situaciones de las cuales hay que preocuparse, forma parte del proceso inevitable para subirnos al tren de innovación de manera prudente, ética y sensata.
Estamos viviendo lo que algunos expertos llaman “la primavera de la IA” con la explosión en su interés y empleo que día a día permea en el sector educativo, acotó.
Ante el boom que tiene este fenómeno, estimó que primero hay que aprender cómo funciona y cuál es su alcance; posteriormente, profundizar en la enseñanza sobre la mejor forma de aplicarla en las disciplinas del conocimiento.
“No únicamente debe ser útil para los expertos en ciencias de la computación. Es importante que en todas las profesiones se cuente con la suficiente información sobre el uso de la inteligencia artificial y los beneficios que puede tener también para un médico, un veterinario, una enfermera, incluso para un filósofo o un poeta”, expresó.
Y mientras algunos sectores se han asustado y entrado en pánico moral por la irrupción de la IA al no contar con la información suficiente, ni la capacitación para su utilización, en otras disciplinas como la científica o de atención a la salud han abierto el debate y se han puesto más exigentes tratando de establecer puntos de seguridad para un manejo adecuado.
“Una de las propuestas mejor elaboradas es la que sugiere que se integren cuerpos colegiados que operen como una especie de filtros, no para inhibir la innovación y los avances de la ciencia, sino para proteger a la sociedad; esto significa, por ejemplo, que si se crea un algoritmo específico para realizar el diagnóstico de un paciente que enfrenta un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, antes de utilizar ese algoritmo primero tendría que pasar por un filtro de pares que deberán ser especialistas en el tema”, puntualizó Sánchez Mendiola.
Más adelante, relató que ante la ausencia de legislaciones globales, los países emergentes -como el nuestro- tienen el reto de aprender a aplicarla de manera prudente y responsable.
En este contexto, destacó que en la UNAM hay creciente interés entre profesores, estudiantes e investigadores de todas las áreas del conocimiento, toda vez que utilizan, experimentan y prueban la IA en los diferentes ámbitos educativos.
En ese sentido, informó que la CUAIEED generó una serie de lineamientos dirigidos a docentes, a fin de orientarlos en el manejo de estos instrumentos digitales en el aprendizaje, la enseñanza y la evaluación.
Le llamamos una caja de herramientas específicas para el uso de la inteligencia artificial generativa en la docencia, con una gran cantidad de ejemplos y explicaciones sobre cómo aprovechar los nuevos desarrollos en las clases. Se trata de un documento de acceso abierto y gratuito dirigido a académicos universitarios y que se puede descargar en el sitio web.
También se diseñó un curso masivo abierto en línea (MOOC), en la plataforma Coursera, sobre Inteligencia Artificial generativa en el aula, disponible para estudiantes y profesores de la UNAM, de forma gratuita.
El universitario refirió que la humanidad nunca había tenido acceso a una innovación tecnológica tan poderosa y de bajo costo para funcionamiento individual, y menos aún adoptada tan vertiginosamente.
“Recordemos que ChatGPT cuando arrancó en solo cinco días llegó a un millón de usuarios y en dos meses alcanzó los 100 millones de usuarios; ha sido la innovación más rápidamente adoptada por la humanidad; y lo que hemos visto en 2023 y lo que va de 2024 es que está cambiando prácticamente semana con semana y, en algunos casos, día con día”, acotó.
En esta acelerada carrera, reiteró, deben prevalecer ante todo los principios éticos para identificar los efectos adversos, la toxicidad y prioritariamente la información falsa.
Sánchez Mendiola sugirió a los docentes y a los estudiantes mantener la mente abierta para explorar y aprender sobre las posibilidades que ofrece la IA, aplicando los criterios académicos y ejerciendo el pensamiento crítico que caracteriza a los universitarios.