“Si mi bebé iba a morir, entonces decidí que yo también tendría que morir. Pero si él iba a nacer, iba a verlo crecer”, dijo Inés Ramírez Pérez, una mujer indígena que tuvo que tomar la decisión más importante pero también las más peligros de su vida y todo para que su hijo naciera.
Hemos escuchado o leído innumerables historias sobre lo que las madres pueden hacer por sus hijos, pero esta te dejará helado.
Inés Ramírez Pérez, una humilde agricultora de Oaxaca, madre de seis hijos llevaba 12 horas en labor de parto, había perdido al séptimo por lo que este sería su octavo hijo y esta vez no quería perderlo.
Era medianoche la mujer estaba sola pues el esposo estaba en la cantina y la partera más cercana estaba a más de 8 horas, Inés ya no podía más del dolor y después de varios partos sabía que las cosas no iban bien y tenía los minutos contados, así que tomó una increíble decisión, ella misma se iba a sacar a su bebé.
Bebió alcohol para curaciones, fue a la cocina por un cuchillo y comenzó a abrirse el vientre, es decir, a hacerse una cesárea ella misma, sin ayuda de nadie y sin anestesia.
Así, sin un solo conocimiento de medicina o anatomía, la mujer de origen zapoteco cortó la piel desde la parte superior del abdomen hasta el ombligo, luego de casi una hora de hurgar en su vientre llegó hasta el útero y pudo sacar a su bebé y cómo pudo cortó el cordón umbilical con unas tijeras caseras, apenas vio a su bebé recién nacido, ya no pudo más y cayó inconsciente.
Minutos después despertó en medio de un charco de sangre y con las pocas fuerzas que le quedaban se ató el estómago con unos trapos que tenía y pidió a su pequeño de 6 años que fuera por ayuda.
Horas después, Inés estaba en una clínica rural cercana en donde le cosieron una herida de casi 20 centímetros de largo, los médicos que examinaron dijeron que no podían explicar cómo sobrevivieron tanto la mujer como el hijo, teniendo en cuenta la gran cantidad de sangre que había perdido, además de que no tocó ni perforó órganos vitales.
El caso de Inés Ramírez Pérez, fue dado a conocer en el mundo de la medicina en el año 2000 y fue objeto de varias investigaciones.
La comunidad médica dijo que había elementos de este caso que realmente los tenía sorprendidos, por ejemplo el solo hecho de que ella bebiera el alcohol para curaciones pudo haberla matado porque es altamente tóxico, además de que fácilmente podría dañar sus intestinos y/o causar un sangrado severo durante la operación o como mínimo haber tenido una sever infección después de la operación.
Mientras que el bebé no fue alcanzado por el cuchillo y al haber nacido sin atención pudo aspirar, morir de hipotermia, etc, pero afortunadamente esto no sucedió.
Si quieres ver y conocer a Inés te dejamos con este video.