Organizaciones ambientalistas han alertado sobre un nuevo derrame de crudo en la Sonda de Campeche, apenas días después del impactante incendio y explosión en la plataforma Akal B el 6 de abril. Según el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), el derrame ya abarca una superficie de aproximadamente 390 kilómetros cuadrados, generando una situación alarmante para el ecosistema marino.
El CEMDA afirmó que este derrame no ha sido notificado por Pemex a las autoridades correspondientes, lo que resalta la urgencia de tomar medidas para evitar una repetición del desastre del año pasado. Además, señalaron que la frecuencia de los accidentes ha aumentado significativamente en los últimos años, mientras que el presupuesto destinado al mantenimiento de las instalaciones ha disminuido, evidenciando una preocupante priorización de la extracción de combustibles fósiles sobre la seguridad y el mantenimiento de la infraestructura.
Este nuevo incidente refleja las graves consecuencias del modelo de explotación petrolera actual, que no solo compromete la seguridad de los trabajadores y las comunidades, sino que también amenaza el medio ambiente y agrava la crisis climática.