Ayer 26 de septiembre de 2016 fue un día que pasará a la historia, con uno de los hechos mas importantes de la historia reciente de Colombia y del hemisferio occidental; la firma en donde se pone fin al conflicto bélico entre y el Gobierno colombiano en cabeza de su Presidente Juan Manuel Santos Calderón y las Fuerzas Armadas de Colombia FARC– EP.
Para todos aquellos que lo vivimos en vivo y en directo podemos describir la emoción que nuestros corazones sintieron ante tan sencillo pero trascendental evento. Al que asistieron grandes personalidades del ámbito político internacional; 15 jefes de estado, 27 cancilleres y tres expresidentes; así como el secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon; el Presidente del Consejo de Seguridad y los directivos de los principales organismos multilaterales del mundo, además de algunas victimas del conflicto que incluso cantaron haciendo catarsis por su dolor pero con palabras de optimismo ante lo que se avecina.
Todos vestidos de blanco en el patio de banderas del Centro de Convenciones Julio Cesar Turbay Ayala, todos llenos de esperanza, con sonrisas amplias, escucharon los discursos, sobre todo las tan esperadas palabras de Rodrigo Londoño, alias Timochenko, en las que aseguró “Que nadie dude que vamos hacia la política sin armas”, fue claro en que no dejarán de luchar por sus ideales pero que lo harán desde la arena política y con las armas de la democracia. Y pidió perdón en nombre de las FARC-EP, a todas las victima del conflicto, por el dolor que les hayan podido ocasionar en esta guerra, frase que llenó de jubilo a todos los asistentes y a todos los televidentes y radio escuchas que tanto esperaban por ese reconciliador momento.
Y terminó diciendo que el amor de Mauricio Babilonia por la Meme, podrá ser ahora eterno y las mariposas que volaban libres tras él, simbolizando su infinito amor, podrán ahora multiplicarse por los siglos cubriendo la patria de esperanza.
Gabriel García Márquez no pudo estar de cuerpo presente por obvias razones, pero estuvo no solo presente en el discurso de Rodrigo Londoño, también lo estuvo en el discurso de Juan Manuel Santos, quien entre lagrimas, recordó los diferentes acercamientos que Gabo intentó hacer entre el grupo guerrillero y el Gobierno, y que lamentaba que no haya podido tener vida para ver este momento, pero que sabía que los acompañaba desde otro lugar en tan magno evento.
Ahora, debemos esperar a que el 2 de octubre, salgamos todos los colombianos a ejercer, no solo el derecho sino el deber de la votación en el plebiscito en donde diremos Sí o No a una paz estable y duradera. Queda en las manos de un pueblo violentado, pero lleno de esperanzas el si se lleva a la práctica todo lo acordado en los 4 años de negociación en la Habana.
¡Amanecerá y veremos!
Juliana Rojas Román
Agosto 27 de 2016 – Cartagena de Indias