Lo que alguna vez fue anunciado como el «Chapultepec del oriente» hoy es un espacio deteriorado y sin mantenimiento. El Parque Cuitláhuac, ubicado en Iztapalapa, luce abandonado, con basura acumulada, mobiliario vandalizado y una evidente falta de vigilancia.
A pesar de la inversión de casi 500 millones de pesos en los últimos años, gran parte de sus instalaciones, como albercas, chapoteaderos, pista de go-karts y tirolesa, permanecen en desuso. Además, muchas de sus puertas de acceso siguen cerradas, limitando el paso a la ciudadanía.
Un proyecto ambicioso que quedó en el olvido
En 2019, Claudia Sheinbaum, entonces jefa de Gobierno, y Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa, anunciaron una inversión anual de 250 millones de pesos para convertir el parque en «un bosque maravilloso». Sin embargo, la realidad dista mucho de esa promesa.
Un recorrido reciente evidenció el deterioro del parque, lo que genera indignación entre los habitantes de la zona, quienes ven cómo un proyecto pensado para su beneficio ha caído en el abandono.
Falta de mantenimiento y seguridad
Uno de los problemas más evidentes es la ausencia de mantenimiento. Sin vigilancia adecuada, el parque se ha convertido en un foco de inseguridad, impidiendo que las familias disfruten del espacio con tranquilidad.
La falta de iluminación y el deterioro de las instalaciones generan preocupación, pues lejos de ser un centro recreativo de primer nivel, se ha convertido en un reflejo del descuido gubernamental.
¿Qué sigue para el Parque Cuitláhuac?
El futuro del parque es incierto. La falta de acciones concretas para su rehabilitación deja en duda si alguna vez cumplirá la promesa de ser un pulmón verde para los habitantes del oriente de la Ciudad de México. Mientras tanto, la comunidad exige respuestas y soluciones para rescatar este espacio.
Con información de Latinus
