Si creíste en que aquellas frases de «hemos aplanado la curva» o que «ya vamos de salida», pues quizá sea buen momento de no bajar la guardia y escuchar a este científico y experto alemán, quien dice que esto apenas es el comienzo.
«La pandemia de verdad llega ahora (…) También aquí (…) Como mucho, podemos hablar de las lecciones de la primera ola en Europa, en la que las diferencias han sido enormes» dijo el virólogo, científico de referencia y asesor del gobierno alemán en temas de la COVID-19, Christian Drosten.
Drosten dijo, en una entrevista para la Cumbre Mundial de la Salud, que esto que vemos de la pandemia es solo el comienzo, pues esta «no ha hecho más que empezar», pero da un rayito de esperanza y dice que afortunadamente, todavía estamos a tiempo para «cambiar cosas» y así poder afrontar la situación en los próximos meses.
El connotado científico habló de lo importante que es que los gobiernos hablen con la verdad a la gente y señaló que: «es bastante importante informar bien y de forma amplia a la población, pues el daño puede ser grave si los políticos utilizan la pandemia para sus mensajes políticos (…) Eso es muy complicado, y el virus pasa de inmediato la factura; vemos lo que está causando en Estados Unidos».
Entonces, ¿cuál sido el éxito de Alemania?
Pues según Christian Drosten, ninguna, excepto el reaccionar anticipadamente.
«Hemos reaccionado exactamente con los mismos medios. No hay nada en particular que hayamos hecho bien. Simplemente lo hemos hecho antes. Por eso hemos tenido éxito», afirmó.
¿Quien es Christian Drosten?
Christian Heinrich Maria Drosten es un virólogo alemán cuya investigación se centra en virus nuevos. Durante la pandemia de COVID-19, Drosten llegó a la fama nacional como experto en las implicaciones y acciones necesarias para combatir el brote en Alemania.
Drosten es director del Instituto de Virología del prestigioso Hospital Charité de Berlín. Y es reconocido como uno de los tres científicos que descubrió el virus del SARS, otro tipo de coronavirus que en 2002-2003 infectó a unas 8.000 personas en cerca de 30 países y causó cerca de 800 muertes.