Con un empate 4-4 en los votos de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, bloquearon la Reforma Migratoria presentada por el presidente Barack Obama y que beneficiaría casi cinco millones de “sin papeles”.
Los ocho jueces del tribunal no llegaron a un acuerdo claro, por lo que quedó congelado hasta enero próximo el llamado “Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia” (DACA) y su versión para adultos, DAPA. La reforma contempla otorgar permisos temporales de residencia y trabajo a casi la mitad de los indocumentados que residen en la Unión Americana.
El número de votos se complicó debido a la muerte del juez Antonin Scalia, en febrero pasado, ya que su posición sería la decisiva.
Con el empate, la Corte no apoyó a Obama ni a los 26 gobiernos estatales republicanos que demandaron y llevaron la propuesta a mencionada instancia. Los denunciantes argumentaban que la administración federal no tenía autoridad para proteger a los migrantes con la posibilidad de darles permiso de trabajo sin la aprobación del Congreso que –por cierto- la ha mantenido bloqueada desde el lado republicano.
“La decisión que hoy, mantiene lo que hemos alegado desde el principio: que una sola persona, ni siquiera el presidente, puede cambiar unilateralmente la ley. Esta es una victoria para los que creemos en la separación de poderes”, argumentó el fiscal general de Texas, Ken Paxton.
A su vez, el senador demócrata Bob Menéndez lamentó el fallo de la Corte, “estoy profundamente decepcionado y sorprendido por una decisión que perjudica a las familias y que obliga a nuestras comunidades a permanecer en sombras”.
“Esta decisión pasará a la historia como uno de los peores momentos en nuestra lucha por un sistema justo de inmigración”, agregó.
Tras conocer el fallo, el presidente Obama ofreció un mensaje a medios donde sostuvo que el bloqueo “nos aleja más del país que aspiramos a ser”, y lo consideró desgarrador para los inmigrantes que tienen familia y una vida en ese país.
“Debemos juzgar si queremos un sistema hipócrita en el que los trabajadores que cosechan nuestra fruta o hacen nuestras camas tienen los mismos derechos ante la ley o no”, sostuvo el mandatario.
Se trata de una de las grandes promesas electorales de Obama que quedaron frustrados debido a la imposición republicana.
Ahora todo quedará en manos del siguiente mandatario. El Partido Demócrata confía en que Hillary Clinton en el poder, apoyaría y extendería el programa de su antecesor. Respecto a su competidor republicano, Donald Trump, conocemos su fuerte posición contra la inmigración; por lo que seguramente se ocupará en desechar la propuesta.
Con información de López Dóriga, The Washington Post y El País