Desde hace más de mes y medio, el Kilauea incrementó su actividad registrando una inflación en el cráter llamado Puʻu ʻŌʻō (foto portada); este incremento en la actividad tomó un giro diferente hace un par de días con un enjambre de más de 200 sismos que pueden atribuirse a magma moviéndose debajo de la superficie. De acuerdo con la información del Observatorio Vulcanológico de Hawái, la sismicidad ha recorrido de oeste hacia este indicando magma migrando hacia el oriente del cráter teniendo como posible resultado que ocurra un brote de lava hacia el flanco suroriental de la Isla Grande de Hawái.
Este video, una erupción de 2011 del Kilauea, sería uno de los posibles escenarios para las próximos días o semanas.
Para dar un poco de contexto sobre Hawái.
El archipiélago está formado por 15 volcanes que resultan ser los más jóvenes en una cadena lineal de más de 129 volcanes que se extienden por unos 6 mil 100 kilómetros.
De acuerdo con información del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) las edades de estos volcanes son sistemáticamente más jóvenes al sureste (donde están en constante erupción), y el recodo de la cadena que separa los montes submarinos de los nuevos, es el conocido como la Cadena de montes submarinos Hawái-Emperador.
El volcán más viejo datado cerca del extremo norte de la cadena montañosa del Emperador es de 81 millones de años. El vulcanismo en la isla de Kauai terminó hace unos 3.8 millones de años, convirtiéndose en la más antigua de las principales islas hawaianas.
En la isla Grande de Hawái, la más joven de las principales islas hawaianas, Kilauea –del cual estamos hablando- y Mauna Loa son históricamente los dos volcanes más activos, con frecuentes erupciones. El volcán submarino Lō’ihi, frente a la costa sudeste de la isla de Hawai’i, es el volcán más joven de la Cordillera de Hawái pero que aún se encuentra bajo el nivel del mar y tardará otros cientos o miles de años para emerger a la superficie.
Las investigaciones del USGS señalan que todos estos volcanes fueron construidos en un proceso similar a una línea de ensamblaje que es impulsado por el movimiento de la placa y un “punto caliente o hot spot” en las profundidades de la Tierra. El calor del punto caliente de Hawái derrite parcialmente la roca del manto a profundidades que comienzan a unos 200 y 400 kilómetros debajo de la superficie de la Tierra.
Este derretimiento produce magma que se eleva hacia arriba a través de la placa del Pacífico que lo cubre. A medida que la placa se mueve al oeste-noroeste, cada volcán se mueve con ella desde su lugar de origen por encima del punto caliente.
Los volcanes Hawaianos tienen un peligroso final. Al cesar las erupciones la acción del viento, lluvia y mar, erosionan los volcanes provocando su hundimiento para que finalmente la isla volcánica se reduzca de nuevo hasta el nivel del mar. Los procesos de erosión incluyen la degradación gradual debida al intemperismo (la acción de degradación de las rocas por fenómenos hidrometeorológicos) y deslizamientos de tierra masivos que desplazan grandes partes de las islas y son responsables de colosales tsunamis que afortunadamente ocurren cada cientos de miles de años.
La actividad reciente del Kilauea no representa un riesgo inminente para las poblaciones cercanas –por ahora- pues si ocurre el brote habrá que observar dónde ocurre y hacia dónde se dirige para que la población tenga tiempo de evacuar si es necesario.
Referencias:
HVO – USGS
https://volcanoes.usgs.gov/observatories/hvo/
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