La violencia en Chilpancingo ha alcanzado un nuevo punto crítico tras el asesinato del exalcalde Alejandro Arcos Catalán el pasado 6 de octubre, quien fue decapitado tras acudir a una reunión en Petaquillas, una región conocida por estar bajo el control del cártel de Los Ardillos. Este grupo criminal, según el periodista Raymundo Riva Palacio, consolidó su poder en el área durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, lo que ha agravado la situación de inseguridad en la zona.
En su columna “Morir en Petaquillas”, Riva Palacio asegura que la administración de López Obrador cedió la región al grupo liderado por Celso Ortega Rosas y sus hijos, permitiendo que Los Ardillos controlaran el territorio. Este hecho ha resultado en una escalada de violencia en la región, conocida por el trasiego de drogas, extorsiones y otros delitos. La muerte de Arcos Catalán es un eslabón más en una serie de homicidios, que también incluye el asesinato de su secretario general de Gobierno, Francisco Tapia.
Los Ardillos, enfrentados con Los Tlacos, otro grupo criminal que busca el control de Chilpancingo, protagonizan una sangrienta disputa conocida como la “guerra del pollo”, desencadenada en junio de 2022 tras el asesinato de un distribuidor de pollo en el mercado central de Chilpancingo. El conflicto ha provocado bloqueos de carreteras, secuestros de soldados y autoridades, y ha dejado a la población local en medio de una guerra territorial que parece no tener fin.
La situación en Petaquillas y el corredor Petaquillas-Quechultenango continúa siendo un foco de violencia e inseguridad, con la población viviendo bajo la constante amenaza del crimen organizado.