Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón” e hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, tiene previsto declararse culpable de narcotráfico y otros delitos federales este miércoles ante una corte en Chicago, evitando así ir a juicio y abriendo la posibilidad de convertirse en testigo en investigaciones clave sobre el Cártel de Sinaloa y casos de corrupción en México.
El cambio de declaración ocurre tras un acuerdo con fiscales federales y marca un giro drástico en el caso del heredero de uno de los cárteles más poderosos del mundo. En 2023, tras su extradición, Ovidio se había declarado no culpable de cinco cargos graves:
- Conspiración para distribuir droga
- Participación en una organización criminal
- Exportación de narcóticos
- Transacciones financieras ilícitas
- Uso y portación de armas de fuego
🔁 De Nueva York a Chicago
El pasado 30 de junio, Guzmán López firmó un documento legal en Nueva York aceptando su culpabilidad y solicitó trasladar su caso a la Corte del Distrito Norte de Illinois, en Chicago, donde permanece detenido. Este movimiento allana el camino para una posible colaboración como informante del gobierno de EE.UU. en otras investigaciones.
🧩 Claves del acuerdo
Fuentes judiciales y analistas como Vanda Felbab-Brown, del Brookings Institute, señalan que Ovidio podría testificar sobre las operaciones internas del Cártel de Sinaloa, así como sobre redes de corrupción política en México.
Su caso se suma al de su hermano Joaquín Guzmán López, quien también fue extraditado y está en negociaciones con fiscales, tras un controvertido episodio en el que habría entregado a Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los narcos más buscados del país.
✈️ Acuerdo bajo la lupa
En mayo, el Gobierno mexicano confirmó que 17 familiares de Ovidio —no buscados por la justicia mexicana— fueron trasladados a EE.UU. como parte de la negociación. La presidenta Claudia Sheinbaum ha criticado este hecho, calificándolo como una contradicción de Washington, al negociar con un narcotraficante al que han comparado con grupos terroristas.
“El Ratón”, de 35 años, cobró notoriedad global tras el Culiacanazo en 2019, cuando fue detenido y luego liberado por el Gobierno mexicano bajo presión del Cártel de Sinaloa, que desató una guerra urbana en la capital sinaloense.