El Estado Islámico nació a mediados de 2003 y fue conformado por un grupo terrorista de orientación musulmana suní, considerada tercera generación de una rama de Al Qaeda. Muchos de sus combatientes formaron parte del ejército de Saddam Hussein y desde 2014, se infiltró en el gobierno de Irak y participa de la guerra civil en Siria.
La invasión de una coalición de países occidentales, liderada por Estados Unidos a Irak en 2003, es el punto de partida de la organización y su filosofía. El Estado Islámico combate desde ese momento a los que invaden tierras del Islam.
Su objetivo es crear un califato que abarque desde Oriente Próximo hasta Andalucía (España). Los califatos son organizaciones estatales regidas por la ley del Islam, el Estado Islámico busca que el mundo musulmán jure lealtad al líder Abu Bakr Al-Baghdadi. Este líder, se hizo nombrar califa, luego del asesinato de Rashid Al Baghdadi en 2009, cargo que significa ser un delegado del profeta máximo del Islam, Mahoma, en la dirección de la comunidad musulmana.
El Estado Islámico, se estima cuenta con dos mil millones de dólares en efectivo para financiarse. Tiene recursos por el control del petróleo y gas en Irak y Siria, por donaciones de simpatizantes de todo el mundo, secuestros, robos y extorsión. Algunos analistas especulan que el gobierno de Qatar aporta grandes sumas de dinero.
La estrategia se basa en generar terror mediante la divulgación de videos de decapitaciones, asesinatos y torturas de todos aquellos que no se ajusten a sus creencias. El califato se moviliza en contra de quienes considera «infieles». Su interpretación extremista sobre el Islam, los hace considerar que son los verdaderos portadores del mensaje de su religión y que únicamente su concepción es la correcta.
Excede incluso en brutalidad a Al Qaeda, y sus equipos actúan con mucha precisión mortal en sus atentados. El grupo opera con comandos de ataque jerarquizados y ejecuta operaciones a gran escala, como la toma de ciudades en el norte de Irak desde 2014. Para realizar atentados, se infiltran en los países objetivos y esperan la orden para realizar la acción. Incluso algunos grupos se han aliado a sus filas, como Boko Haram de Nigeria.
Las células infiltradas en varios países reclutan posibles combatientes, tanto en Europa como en Oriente Próximo, para realizar atentados kamikazes con bombas en diversos puntos estratégicos. Las principales ciudades de reclutamiento son Londres y París, en donde se encuentran concentrados la mayoría de grupos musulmanes en Europa.
Con información de El País Uruguay