A estas alturas ya todo el mundo se enteró de que a través de Amazon, el sitio de ventas por internet más importante de Estados Unidos, fue filtrado el padrón electoral del INE, dejando al descubierto datos confidenciales de casi 90 millones de mexicanos, información que todos creíamos estaba segura bajo el resguardo de la institución.
De acuerdo con Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, la persona a quien le fue entregado el listado en una USB ya fue identificada, sin embargo, aclaró que será hasta mayo cuando se de a conocer a los responsables de la filtración de la lista nominal, advirtiendo fuertes sanciones.
Estas declaraciones no han acallado los cientos de voces que exigen al Instituto encontrar al responsable, pues con ellas, se dio a conocer que la lista publicada pertenecía a un corte que se entregó a los partidos políticos, a quienes, dicho sea de paso, se les otorgan casi 64 millones de pesos por proteger la información del listado.
Así es, en su investigación la Dirección Ejecutiva del Registro Federal de Electores dio a conocer que los datos subidos a la nube coincidían con los de la Lista Nominal de Electores entregada el pasado 15 de febrero de 2015 a las instituciones políticas para su verificación, tal y como manda el artículo 153 párrafo segundo de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
El INE ha negado que la filtración se deba a la vulnerabilidad de sus sistemas de seguridad y presentó una denuncia ante la FEPADE, quien corroboró que la institución no actuó de manera negligente en el resguardo de la información.
Si bien este caso es el más reciente, no es el primero, ya que en el pasado, la falta de cuidado expuso los datos privados de los electores a malas intenciones y prácticas.
En 2003, se dio a conocer el caso ChoicePoint, en el que la base de datos resguardada por el entonces Instituto Federal Electoral (IFE) fue vendida por una empresa mexicana a otra de Estados Unidos; en 2010, esta misma información fue encontrada a la venta en el barrio de Tepito y en 2013 estuvo disponible a través de la web.
A pesar de todo esto, las autoridades no han tomado las suficientes medidas para evitar las fugas de información, y el marco legal y normativo en materia de protección de datos personales continúa incompleto. Lo más delicado es que los datos de todo aquel que cuenta con credencial de elector actualizada, quedaron a la vista, y hoy en día, ubicar personas a través de sus domicilios, es más sencillo gracias aplicaciones de georeferencia que permiten visualizar calles y colonias.
Hoy la credibilidad de los partidos políticos vuelve a ponerse en tela de juicio, hundiéndolos más en la profunda crisis que ya atravesaban con la probabilidad de llevarse al INE con ellos, si éste no logra ser congruente con sus afiliados y da a conocer a los responsables de que millones de mexicanos estemos en boca de la inseguridad. Es mi opinión…