A pocos días de los comicios del 4 de junio la tensión aumenta y los ánimos están cada día más crispados, al menos entre partidos, candidatos y algunos medios de comunicación.
Este domingo habrá elecciones para elegir gobernador en el Estado de México, Nayarit y Coahuila donde además se votará por diputados locales y presidentes municipales; mientras que en Veracruz, habrá elecciones para elegir a 212 alcaldes.
De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE) el próximo domingo podrán votar 19 millones 766 mil 554 ciudadanos que integran los listados nominales de cada uno de los estados en elección. Sin embargo, el número no asegura que las campañas de este 2017 hayan llamado totalmente su atención pese a ser el preludio de los comicios presidenciales.
Aunque hay confianza no existe certeza de que el abstencionismo será derrotado. No es posible saber de antemano si los actores políticos lograron conectar con el electorado, si serán suficientes para motivarlos o si por el contrario consiguieron alejarlos, aún más, de las casillas. Convirtiéndose ésta, sin duda alguna, en la primera interrogante que se despejará el domingo.
En el contexto social hay un descontento generalizado hacia la clase política que abre avenidas para las posibilidades de los aventureros. La ráfaga de noticias sobre políticos corruptos que usaron los cargos públicos para forjar fortunas utilizando recursos públicos forma parte de esta desconfianza e insatisfacción ciudadana.
Este ánimo se ha visto reflejado de manera nítida en las campañas donde la regla general ha sido buscar el desprestigio de los contendientes, espionaje, burlas, huevazos, descalificaciones, insultos y sólo pocas propuestas con probabilidad de realización.
Estado de México es sin duda el foco de esta elección en la que la lluvia de encuestas y mediciones, señalan que PRI y Morena van muy cerrados y aventajan a sus contendientes, eso sí, sin olvidar que cualquiera de los otros dos, PRD y PAN podrían dar buena pelea con el voto encubierto.
Nada está definido…
Los excesos mediáticos del PRI y de Eruviel Ávila, así como los ya mencionados casos de corrupción en administraciones estatales, se suman al escándalo de Morena protagonizado por Eva Cadena, quien apenas hace unas horas, reconoció que el partido pejista trabaja con financiamiento ilegal, asegurando que ella sólo es una pieza del gran engrane del instituto que aseguraba ser junto con su líder la esperanza de México.
La operación electoral del día “D” en la cobertura de casillas, el ingreso de voto duro, la inhibición de contrarios, el control de funcionarios electorales, la guerra mediática y una serie de artimañas, darán la ventaja al que tenga mayor capacidad de desplegarlas.
Mientras tanto, el INE, que a estas alturas ya deberá tener buena práctica para asegurar el buen fin de los comicios, ha asegurado que tras las elecciones de 2015 y 2016 llega fortalecido a la antesala del 2018. Su desempeño resolverá dudas sobre la certeza del proceso rumbo a Los Pinos y por supuesto, del actual, que muchos consideran definitorio para el nuevo sexenio.
Lo más importante de todo es que los ciudadanos puedan acudir a las urnas a emitir sufragio con plena confianza y absoluta libertad, que la jornada electoral se realice en paz, en orden, comprobando que México está cambiando y la vieja usanza del engaño y prestidigitación quedó atrás. Es mi opinión…