Al ser cuestionada por la prensa sobre la sanción del Departamento del Tesoro de Estados Unidos contra la diputada de Morena, Araceli Brown, señalada de presuntos vínculos con Los Mayos del Cártel de Sinaloa, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió con cautela:
- “El gobierno mexicano no tiene pruebas suficientes que confirmen lavado de dinero”.
- “Las sanciones provienen de EU, no de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) en México”.
- “Si Estados Unidos aporta más pruebas, la FGR podría abrir una investigación”.
Aseguró además que “no protegerán a nadie”, pero en los hechos insistió en que en México no existen indicios en contra de la legisladora.
La contradicción evidente
El caso expone un contraste que resulta incómodo: mientras en Estados Unidos la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) liga a Brown con operaciones financieras del crimen organizado, en México Morena se escuda en la ausencia de pruebas locales.
¿De verdad no existen datos en el país que vinculen a la diputada? ¿O simplemente no hay voluntad política de investigarlos cuando se trata de alguien dentro de la 4T?
Morena, juez de sí mismo
Sheinbaum afirmó que “no se protegerá a nadie”, pero el historial de Morena muestra lo contrario:
- Se minimizan acusaciones cuando involucran a funcionarios del partido en el poder.
- Se ataca el origen de las denuncias (en este caso, desde EU) en lugar de enfrentar el fondo de los señalamientos.
- Se repite la narrativa de que todo depende de “pruebas suficientes”, pero nunca se activa una revisión real desde adentro.
La duda es legítima: ¿tendrá Morena la voluntad de castigar a los suyos o se refugiará en tecnicismos para garantizar impunidad?
El mensaje de Sheinbaum no solo deja en el aire el caso de Araceli Brown, sino que envía un mensaje preocupante: si eres parte del partido en el poder, la justicia mexicana no se moverá mientras no llegue presión externa.
La pregunta que queda es si Morena se atreverá a responsabilizar a una de sus diputadas señalada internacionalmente, o si volveremos a ver el guion de siempre: negación, dilación y olvido.