Iniciamos la semana con la noticia de que el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó un proyecto de decreto para cerrar la terminal capitalina a las operaciones de carga; tomar este tipo de decisiones, no puede ser de forma deliberada ya que entre los muchos “pasos” por los que se deben pasar previo a determinar, está la opinión de los operadores logísticos una cuidadosa planeación y , por supuesto una minuciosa ejecución en cuestión de infraestructura con que debe contar el aeropuerto, misma que determinará un servicio de calidad a quienes se mudarán.
¿Qué implica que no se efectúe correctamente?
Recordemos que el comercio mundial, como las plataformas logísticas que son, deben contar con una infraestructura funcional y por demás suficiente, con todas la implicaciones, segura y accesible.
Por lo tanto, las repercusiones golpearían más a las ya lastimadas cargueras mexicanas que han padecido especialmente los años de pandemia y el problema de Categoría 2, tengamos en cuenta que Estados Unidos es nuestro principal mercado de exportaciones e importaciones, siendo el crecimiento hacia nuestro vecino del norte indispensable en la sobrevivencia de nuestras empresas de carga.
La adaptación para las cargueras extranjeras tampoco será del todo sencilla, principalmente de no encontrar en AIFA todo lo que requieren para su consolidación y distribución de mercancías.
Esta idea no es algo que haya surgido de un día a otro, trasladar las operaciones logísticas al norte del Valle de México, es una idea surgida hace más de 20 años por urbanistas que pensaron que esta región posee las características de aposento para el desarrollo que deriva de una relocalización de plataformas de logística que abastecen a la Ciudad y zona conurbada.
La realización de este proyecto debe contemplar a la industria, debe ser escuchada y se debe reconsiderar con base en su advertencia de falta de infraestructura, así como prever y por supuesto atender el crecimiento urbano que cada vez es más visible al norte de la zona conurbada.