El PRI ha cavado su propia tumba al aprobar reformas a sus estatutos, eliminando la prohibición de reelección en la dirigencia del partido. Ni los llamados de priistas connotados como Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes o Francisco Labastida lograron posponer la 24 Asamblea Nacional para tomar decisiones que beneficien al tricolor.
En una Asamblea Nacional al estilo del PRI hegemónico, más de 3,200 delegados levantaron la mano para avalar reformas estatutarias previamente acordadas, diseñadas a la medida del actual presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Alejandro, ‘Alito’, Moreno Cárdenas. Ahora, Moreno podrá buscar dos reelecciones consecutivas, permaneciendo en el cargo hasta 13 años debido a la extensión de su mandato original coincidiendo con el proceso electoral.
A pesar de la derrota aplastante sufrida el pasado 2 de junio, el ambiente en el cónclave partidista era el de un partido victorioso y fortalecido. Los delegados aprobaron las reformas y el diputado federal Rubén Moreira exclamó: «¡Viva el PRI!, ¡Viva Alito Moreno!», mientras que Augusto Gómez Villanueva expresó un reconocimiento al dirigente por su «gran desempeño».
«Su valor, talento y capacidad nos han permitido desafiar a un gobierno dictatorial al que la historia calificará como el periodo de la destrucción del régimen constitucional y las instituciones», destacó Gómez Villanueva.
Sin embargo, no todo fue celebración. Un pequeño grupo de militantes presentes gritó tímidamente: «¡No a la reelección!», aunque sus voces fueron acalladas por las porras de los delegados. Estos militantes habían forzado una puerta de cristal del Pepsi Center, sede de la Asamblea, alegando su derecho a ingresar a la sesión. Ni siquiera los medios de comunicación pudieron cubrir el evento directamente, debiendo seguir la transmisión en redes sociales y esperar afuera para obtener declaraciones.
La nueva disposición estatutaria permitirá a Alejandro Moreno Cárdenas mantenerse en el poder hasta 2028 en un primer mandato y aspirar a una segunda reelección de cuatro años. En total, Moreno podría estar 13 años al frente del PRI, a menos que se produzca otra reforma durante sus mandatos.
Esta decisión marca un distanciamiento significativo de las organizaciones del sector obrero, que históricamente han sido pilares en la estructura y maquinaria electoral del PRI. Ausencias notables incluyeron a la CTM, el Congreso del Trabajo, y otros sindicatos como los ferrocarrileros, electricistas y petroleros, quienes ahora apoyan a Claudia Sheinbaum.
Este cambio en los estatutos del PRI podría tener implicaciones profundas para el futuro del partido. Mientras algunos ven en la figura de Moreno una oportunidad de continuidad y fortalecimiento, otros critican la medida como un retroceso democrático dentro de la organización.
El tiempo dirá si esta estrategia llevará al PRI a recuperar su antigua gloria o si profundizará las divisiones internas y el alejamiento de sus bases tradicionales. Lo cierto es que, con estas reformas, el PRI se prepara para una nueva era bajo la conducción de Alejandro Moreno Cárdenas.
Aquí el PRI demostrando por qué merece morir como partido. Cero autocrítica sobre la corrupción de sus líderes, cero reconocimiento de su debacle electoral, cero capacidad de reinvención. Y en vez de responsabilizarse y renunciar, Alito se reelige. pic.twitter.com/9LeRv3J9t0
— Denise Dresser (@DeniseDresserG) July 8, 2024