La inseguridad sigue siendo la principal preocupación en México. Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, seis de cada diez mexicanos afirmaron sentirse inseguros en la ciudad donde viven. Los municipios de Culiacán, Sinaloa, e Irapuato, Guanajuato, encabezan la lista de los lugares con mayor percepción de inseguridad.
El estudio revela que 61.4% de los mayores de 18 años considera que vivir en su ciudad es inseguro. Aunque la cifra representa una ligera disminución respecto al trimestre anterior, la percepción general sigue siendo alarmante, especialmente en los estados más golpeados por el crimen organizado y la violencia cotidiana.
Las mujeres continúan siendo el grupo con mayor sensación de riesgo: siete de cada diez dijeron sentirse inseguras en espacios públicos, frente a cuatro de cada diez hombres.
Entre los lugares donde la población siente más miedo destacan el transporte público, los cajeros automáticos, las calles y los parques, según los resultados del INEGI.
Las ciudades más y menos seguras del país
De acuerdo con la encuesta, las ciudades con mayor percepción de inseguridad son:
- Culiacán, Sinaloa
- Irapuato, Guanajuato
- Fresnillo, Zacatecas
- Ecatepec, Estado de México
- Naucalpan, Estado de México
En contraste, las urbes donde los ciudadanos se sienten más seguros son San Pedro Garza García (Nuevo León), Benito Juárez (CDMX) y Piedras Negras (Coahuila).
El aumento de homicidios, extorsiones y desapariciones, así como los enfrentamientos entre grupos criminales, continúan marcando la vida diaria de millones de mexicanos, pese al discurso oficial de que los índices delictivos van a la baja.
Un país que desconfía de su entorno
Los datos del INEGI reflejan no solo la violencia real, sino también una crisis de confianza hacia las autoridades locales y federales.
Más del 70% de los encuestados considera que las policías municipales y estatales son ineficientes o corruptas, mientras que el Ejército y la Guardia Nacional, aunque mejor valorados, no logran revertir la sensación de peligro.
A pesar de los programas de seguridad implementados, México sigue siendo un país donde la normalidad se mide en función del miedo. La percepción ciudadana deja claro que el reto ya no es solo bajar las cifras, sino recuperar la confianza y la tranquilidad que hace tiempo dejaron de sentirse en las calles.