Esta jornada electoral está por llegar a su fin y no dudemos que el próximo 5 de junio esté plagado de sorpresas que dejarán a más de uno con la boca abierta, incluidos votantes, candidatos y partidos políticos. A partir de este miércoles no escucharemos más promesas de campaña, diremos adiós a los spots y los ciudadanos estaremos expectantes de lo que pronto se tornará realidad.
El próximo 5 de junio, de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), acudirán a las urnas 27 millones de mexicanos para elegir a 12 gobernadores, 965 alcaldes, 388 diputados locales, además de los 60 diputados que se elegirán en la capital del país para conformar la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México.
La afluencia a las casillas será el plato fuerte de estas elecciones, sin embargo, mientras llega el día de los comicios, los candidatos y sus equipos vivirán días, horas y minutos críticos; un espacio de tiempo que no tiene nombre en la calendarización electoral, pero que al interior de las casas de campaña, genera expectativa, análisis y da paso a los últimos intentos por asegurar el voto.
Las cartas ya están sobre la mesa. Las promesas y propuestas ya están hechas. Por las buenas, en este tiempo los equipos estarán afinando su puntería para trasladar las promesas de voto a las urnas, mientras que por las malas, no dudemos que algunos emprendan, o mejor dicho, continúen con campañas negras por encima de toda ley para inhibir el voto.
Y es que, como votantes somos los principales testigos de estas estrategias que pueden llegar a influenciar el sufragio el día de la votación y hasta en la misma fila para entrar a la casilla. Rumores, encuestas amañadas, entrega de despensas, desayunos, tortas, dinero en efectivo y souvenirs, todo resulta una herramienta activa parte de la operación para acabar con el candidato opositor.
Por otro lado, durante esta etapa, los ciudadanos debemos reflexionar acerca de nuestra decisión de voto, pues éste no representa sólo la elección de un candidato, también es un juicio en contra de una circunstancia o del gobernante y del partido en turno. Es decir, el sufragio en toda democracia es también un método institucional que permite premiar o castigar al partido gobernante o a otras instituciones políticas que han fallado o realizado bien su trabajo.
Al tener el poder de la democracia a nuestro favor, los ciudadanos debemos ser fieles guardianes de nuestros votos y de las casillas; aprovechar el peso de la elección sobre la imposición y resguardar nuestro derecho ante cualquier anomalía.
México tiene una alternativa única en materia de gobierno y gobernantes: generar consensos; legitimidad desde y hacia las instituciones. Este domingo salgamos a votar y estemos atentos del desarrollo de la jornada con convicción y con la seguridad de que nuestra participación fortalecerá a la sociedad y brindará las herramientas necesarias para un mejor futuro. Es mi opinión…