La de sincronización entre el reloj interno y el externo ante el desajuste al viajar a un huso horario diferente alterando el ritmo circadiano, que no atina a ajustarse en un día que le indica descanso pero que está lleno de luz y actividades o una noche pasiva donde se siente lleno de energía y con deseos de estar activo cuando todo es sueño y ausencia de movimiento (la lucha intensa entre el sueño y la vigilia).
Los cambios y ajustes bioquímicas que ocurren en nuestro interior o los ritmos de vigilia y sueño, son lo que conocemos como ritmos circadianos, dura aproximadamente 24 horas y 11 minutos (con un margen de error de un cuarto de hora).
Invariablemente de una u otra forma muchos de nosotros nos vemos involucrados al viajar entre continentes, a los inevitables efectos del cambio de horario que parecería no tener impacto inicialmente pero que sin embargo en mediano plazo se manifiesta con una gran diversidad de elementos que nos impactan metabólicamente, en el sistema neuroendocrino, en el cardiovascular y en el psicológico.
Nuestro desempeño se modifica a expensas de estos cambios, la producción de insulina, las endorfinas, el sistema de generación del cortisol, las hormonas tiroideas, los comandos del hipotálamo y su relación con la hipófisis (producción de melatonina, hormona estimulante de la tiroides, regulación del apetito, estimulación de hormonas sexuales, oxitocina, hormona antidiuretica), la libido, el control del apetito, la producción de orina, el hábito intestinal, la respuesta del sistema de alerta, la concentración, la irritabilidad y en general la sensación de bienestar se ven alterados.
Como el sueño que no debe de ser menor se 7 horas promedio, es parte del sistema reparador para el bienestar, influye sobre el rendimiento general y psicológicamente impacta sobre los aspectos sociales, conductuales e intelectuales, por lo tanto influirá si no se completa su ciclo reparador para estos sistemas.
La inducción artificial con medicamentos produce amnesia y resulta tan deletéreo como la falta de sueño, la sobrecarga de trabajo sin sueño debilita aún más los sistemas y prolonga el malestar; sin embargo, el uso de cafeína racional ayuda a compensar la debilidad permitiendo la recuperación paulatina en el lapso de 72-96 horas para diferencias de menos de 10 horas, no así para más de 10 horas donde la compensación se retrasa hasta una semana por lo que sí vas a trabajar y necesitas concentración tu objetivo será arribar una semana antes al evento citado.
Los estados de euforia, irritabilidad, los colapsos y las crisis de apetito con disminución del consumo de alimentos o aumento pueden hacerse presente y en casos más graves crisis maniacas temporales, depresión o exacerbación de estados bipolares o psiquiátricos previamente establecidos pueden ser la consecuencia.
Un periodo de sueño logrado de manera natural con sus fases completas sobretodo la REM, puede ayudar a sobrepasar el transe de manera más fácil, aunque la recaída insomne puede hacer acto de presencia al día siguiente, esto nos anuncia la cercanía de la regularización y nos incrementará la tolerancia al cansancio.
La melatonina a dosis de 5 a 10 mg puede ser una opción sin tantos efectos colaterales de rebote o amnesia. Las tisanas con inductores del sueño puedes ayudar y la actividad física separada de la hora de sueño y de intensidad moderada pueden ser colaboradores para estabilizar el desajuste.
No hay recetas mágicas ni respuestas rápidas, como el sueño en cada uno, el jet lag puede ser impredecible, buscar ayuda médica es una solución o la espera con paciencia la recuperación.
Dr Alejandro Cardenas Cejudo
Medicina Interna
Hospital Angeles del Pedregal
Consultorio 717 Torre Angeles
www.dralejandrocardenas.com