Ante el clima de confrontación e incertidumbre que se vive a nivel internacional, es indispensable aprovechar la penetración social y la popularidad que tienen los deportes, a fin de fortalecer las campañas en contra de la discriminación, racismo y violencia de género, señala el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Hugo Sánchez Gudiño.
En ocasión del Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, que se conmemora anualmente el 6 de abril, el especialista puntualiza en entrevista: para que los objetivos planteados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en torno a esta fecha no se queden en un catálogo de buenas intenciones, se debe replantear la estrategia y materializar acciones a través de políticas públicas efectivas.
También, prosigue, aprovechar la atención que se genera hacia los grandes eventos recreativos y de atracción de masas para impulsar campañas de concientización y alfabetización dirigidas, principalmente, a aquellos grupos y comunidades más violentas y machistas que vulneran prácticamente todos los principios básicos de una sociedad de convivencia.
Es prioritario que los países miembros de la ONU atiendan esos desafíos que se han planteado, por medio de la agenda deportiva y de manera inmediata se tomen acciones más enérgicas en contra del racismo, la discriminación y de la violencia de género.
Ese organismo internacional proclamó el 6 de abril la conmemoración -cuyo tema en esta ocasión es “El deporte como instrumento para promover sociedades pacificas e inclusivas”-, con el propósito de generar conciencia entre la población mundial sobre el papel fundamental de esta práctica en la promoción de los derechos humanos y el progreso económico y social de las naciones.
Además, se busca destacar su contribución en el logro de los objetivos de desarrollo y paz, incluidos en la Declaración de la Agenda 2030 para un Desarrollo Sostenible.
Para esa instancia global se trata de un elemento importante para crear un entorno donde prevalezca la tolerancia, solidaridad, cooperación, inclusión y salud, ya que con su realización se potencian valores como: trabajo en equipo, respeto al adversario, cumplimiento de reglas, justicia y convivencia.
Al respecto, Sánchez Gudiño resalta que los que más se llevan a cabo y son de mayor penetración a nivel mundial pueden ser “una gran vitrina” para promover valores como paz, garantías inalienables, medio ambiente o desarrollo sustentable.
Para el especialista universitario, la conmemoración debería ir acompañada de recomendaciones concretas para los gobiernos de los países miembros de Naciones Unidas, quienes además deben asumir compromisos firmes con el objetivo de hacer efectivos los cambios que atiendan y prevengan, de manera urgente, cualquier escenario de violencia.
Ante la nueva configuración mundial y el recrudecimiento de algunos conflictos bélicos regionales, asevera, esa instancia debe plantearse una reingeniería interna para adecuar sus métodos de incidencia a una nueva realidad en donde los compromisos que se asuman realmente se cumplan.
En esta estrategia, además, buscar mayor empatía y empoderamiento de las juventudes, quienes deberán adquirir más compromiso con las causas sociales y la promoción de nuevos valores culturales.
Para Sánchez Gudiño, el organismo tiene que empatar con los intereses de esos núcleos que poseen principios diferentes, entenderlos y conectar con ellos para incorporar a esta gran masa de población, potencialmente importante, a un inevitable proceso de transformación en donde sean el principal vehículo de esos valores que en el futuro harán posible una sociedad sustentable como lo plantea.
En 2013 la Asamblea General de la ONU declaró el 6 de abril Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, en conmemoración de la ceremonia inaugural de los primeros Juegos Olímpicos de la edad moderna que tuvo lugar el 6 de abril de 1896, en la ciudad de Atenas, Grecia.