La reciente reforma a la Ley de Amparo, impulsada por el gobierno federal y aprobada por la mayoría de Morena en el Congreso, elimina la posibilidad de otorgar suspensiones cuando se trata de concesiones, licencias, permisos o autorizaciones. En palabras sencillas, esto significa que los ciudadanos y las empresas pierden una de las herramientas más importantes para detener un acto de autoridad que consideren ilegal o abusivo.
El ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Javier Laynez Potisek, lo dijo con claridad: “Sí mata al amparo”. La suspensión, explicó, es lo que permite que no se continúe violando un derecho mientras se resuelve el juicio, y que las cosas se mantengan como están hasta que un juez determine si el ciudadano tiene razón.
Sin la suspensión, el daño puede consumarse antes de que haya justicia. Laynez lo ejemplifica: “Cuando no hay suspensión, lo que puede ocurrir es que ya cuando termine el juicio y obtienes el amparo, ya no se pueden restituir las cosas al estado en que estaban”.
Esto implica que si una autoridad decide quitarte una concesión, clausurar tu negocio, revocar un permiso ambiental, cancelar una licencia o expropiar un bien, no podrás detener el acto aunque interpongas un amparo. El juicio podría tardar meses o años, y para cuando un juez falle a tu favor, el daño será irreversible.
Especialistas en derecho constitucional advierten que esta medida debilita la protección ciudadana ante el poder público, vulnera el principio de legalidad y coloca a las personas en una posición de indefensión frente al Estado.
La suspensión era, históricamente, la salvaguarda inmediata del ciudadano ante los abusos del gobierno. Quitarla equivale a quitarle al amparo su esencia: ser un freno real contra actos arbitrarios.
Hoy, bajo el discurso de “evitar que se frenen obras y decisiones del gobierno”, se debilita la justicia y se deja a los ciudadanos sin escudo.
En palabras del ministro Laynez, esta reforma no solo modifica una ley, cambia la naturaleza del Estado de Derecho en México.