El senador Clemente Castañeda, de Movimiento Ciudadano, anunció que en la discusión de la reforma electoral propondrá bajar la edad mínima para votar de 18 a 16 años.
Según el legislador, los jóvenes de esa edad ya trabajan, pagan impuestos y son directamente afectados por decisiones en educación, salud y medioambiente, por lo que deberían ser reconocidos como “sujetos políticos” con derecho al voto.
“Les exigimos mucho y los atendemos poco; es hora de reconocerlos como sujetos políticos”, afirmó Castañeda.
Una propuesta polémica
Aunque la idea suena a un intento por empoderar a las juventudes, la propuesta resulta absurda y contradictoria si se pone en perspectiva:
- Un joven de 16 años no puede comprar alcohol ni tabaco.
- Tampoco puede conducir sin restricciones plenas en muchos estados.
- No se le reconoce la madurez suficiente para firmar contratos, casarse sin permiso o enfrentar ciertas responsabilidades legales.
Entonces, ¿cómo es que sí tendría la madurez para decidir quién gobierna el país?
Riesgos de la medida
Abrir el voto a menores de edad plantea riesgos evidentes:
- Manipulación política: un sector todavía en formación podría convertirse en objetivo fácil de propaganda populista.
- Incongruencia legal: se fragmenta la coherencia entre derechos y responsabilidades.
- Desgaste institucional: podría ser más un movimiento político de cálculo electoral que un verdadero reconocimiento a las juventudes.
El trasfondo político
Castañeda también advirtió que una reforma electoral diseñada “desde el poder” busca únicamente perpetuarse, por lo que MC presentará su propia visión, supuestamente enfocada en ampliar derechos. Pero, en los hechos, la propuesta de voto a los 16 años parece más una bandera política que un debate serio sobre la democracia mexicana.