Tania Ramírez, Directora Ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México, se perfilaba como una de las aspirantes mejor evaluadas para presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Sin embargo, a pesar de sus calificaciones, su nombre fue excluido de la terna de candidatos, una decisión que, según sus declaraciones, no tiene explicación lógica.
Durante una entrevista en Aristegui En Vivo, Ramírez expuso que quedó en segundo lugar en las evaluaciones, mientras que Rosario Piedra Ibarra, actual presidenta y la más baja en el ranking de 15 aspirantes, fue incluida en la lista, lo que sugiere una preferencia política en el proceso de selección.
La controversia y el llamado a la transparencia
Ramírez considera que esta decisión afecta la credibilidad de la CNDH, ya que el proceso debería haber sido basado en evaluaciones imparciales y transparencia. Aprovechó la ocasión para instar al Senado a devolver la solidez y la solvencia ética a la Comisión, enfatizando la necesidad de una elección libre de intereses particulares.
“Sería una oportunidad para devolverle credibilidad a la CNDH y dotar de mejores compañeros a la institución,” expresó Ramírez, enfatizando que el futuro de la CNDH afecta directamente la ética con la que se conducirán los derechos humanos en México durante los próximos cinco años.
La terna oficial y el rumbo de la CNDH
A pesar de las críticas, la terna ya fue presentada al Senado, compuesta por Rosario Piedra Ibarra, Paulina Hernández Diz y Nashieli Ramírez Hernández. Cualquiera de ellas asumirá la presidencia de la CNDH a partir del 16 de noviembre de 2024, por un periodo de cinco años.
Este proceso de selección ha generado preguntas en torno a la independencia de la CNDH y la transparencia en sus procesos, en un momento en que México enfrenta desafíos importantes en materia de derechos humanos.