Con apenas unos meses de vida, Valentina se convirtió en una guerrera al nacer por una cesárea practicada a su madre, quien se encontraba en coma por un tumor en la cabeza. Las esperanzas no eran alentadoras, pero su entereza la hizo resistir la adversidad y aferrarse a este mundo para acompañar a su papá.
En enero Julissa Isabel acudió al médico porque sufría intensos dolores de cabeza durante el embarazo. Los médicos le diagnosticaron un tumor cerebral y fue intervenida en el Hospital General Regional (HGR) No. 1 «Lic. Ignacio García Téllez» del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Mérida, Yucatán.
La salud de la mujer se complicó y le dio un infarto cerebral. Los médicos decidieron mantenerla con vida gracias a aparatos para madurar los pulmones de la bebé y que tuviera el peso necesario para extraerla del vientre de su madre.
«Pasaba el ginecólogo la checaba por lo de la bebé y estaba bien. Me decía ‘nos sorprende que todos los medicamentos que le metimos a la mamá y la bebita siga. Sí, ella es la que recibe todo y ahí está, se está aferrando a su mamá’«, explicó Jesús Hau Puc, padre de la niña a TV Azteca.
Cuando se cumplió el tiempo necesario, los especialistas decidieron practicar una cesárea de emergencia cuando sólo tenía 27 semanas de gestación, por lo que es considerada como una «prematura extrema«.
Los pronósticos de los doctores no eran alentadores, pero Valentina nació con un peso de 680 gramos. También padeció dificultad respiratoria, neumonía, hemorragia pulmonar, anemia, displasia broncopulmonar y retinopatía.
A los 40 días de su nacimiento y ya con un kilogramo de peso, Valentina fue operada del corazón para que oxigenara de manera adecuada. Después permaneció en la unidad médica hasta este mes cuando ya fue dada de alta por la evolución de su salud.
Irene Padilla Hernández, neonatóloga adscrita al HGR No. 1, explicó que la menor superó las complicaciones con las que nació el pasado 25 de enero y «después de superar estos padecimientos, nuestro equipo multidisciplinario logró que Valentina fuera creciendo y ganando peso, le dimos rehabilitación para que se alimentara de forma normal, con una succión adecuada y actualmente ya pesa dos kilogramos«.
Jesús Hau Puc tocó la campana con la que dieron de alta a su pequeña, y declaró para Noticieros Televisa «me voy muy contento a pesar de que no tuve la dicha de compartirlo con mi esposa, porque desgraciadamente ella no logró salvarse. Me quitaron a una persona, pero me llevo a otra«.
Fuente: Infobae