En una cumbre histórica en La Haya, los 32 países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) acordaron elevar su gasto en defensa al 5% del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2035. La decisión fue respaldada por todos los jefes de Estado y de Gobierno, con la excepción de España, que anunció que mantendrá su presupuesto militar en 2.1% del PIB.
La medida busca reforzar la capacidad colectiva de la Alianza ante las “profundas amenazas” a la seguridad euroatlántica, con énfasis en la amenaza prolongada que representa Rusia y el terrorismo persistente. Según la declaración final, los aliados deberán presentar planes anuales que demuestren un camino “creíble y progresivo” hacia el nuevo objetivo presupuestario.
Dos líneas de inversión militar
La inversión se dividirá en dos componentes clave:
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3.5% del PIB será destinado a requisitos fundamentales de defensa como operaciones, adquisición de equipo, mantenimiento, salarios y municiones.
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1.5% adicional se orientará a infraestructura crítica, ciberseguridad, innovación tecnológica y preparación civil.
El cumplimiento de estas metas será evaluado en 2029, en función del entorno geoestratégico y las capacidades militares requeridas.
España marca distancia
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ratificó al término de la cumbre que España no superará el 2.1% de inversión en defensa, argumentando que esa cifra es suficiente para cumplir sus compromisos con la OTAN. “El debate no es cuánto vamos a gastar, sino qué capacidades necesita la Alianza”, afirmó.
La postura española provocó fricciones con altos representantes estadounidenses. El secretario de Estado Marco Rubio calificó a España como “un gran problema” para la cohesión de la OTAN. En tanto, el expresidente Donald Trump expresó su molestia: “Es el único país que no paga lo que debe. Para mí, eso no tiene sentido”.
Ucrania y amenazas globales en el foco
La OTAN reafirmó su apoyo militar y financiero a Ucrania. Las contribuciones a la defensa y reconstrucción de ese país contarán como parte del gasto militar de los aliados.
A diferencia de declaraciones pasadas, esta cumbre omitió menciones a desafíos como China, Irán o Corea del Norte. Tampoco abordó temas como cambio climático o equidad de género.
Agenda controlada y elogios a Trump
Los organizadores de la cumbre limitaron el formato del evento, redujeron el protagonismo del presidente ucraniano Volodímir Zelenski y buscaron evitar tensiones con Trump. El presidente estadounidense fue recibido con honores especiales e incluso fue elogiado públicamente por el primer ministro neerlandés Mark Rutte, quien lo llamó “papito” en un gesto de deferencia que generó controversia en redes sociales.
Perspectiva global
Estados Unidos sigue siendo el principal financiador de la OTAN, con un 62% del presupuesto total de defensa. Europa y Canadá incrementaron su inversión un 19% en el último año. El nuevo acuerdo pretende garantizar la autosuficiencia militar del bloque, aumentar la preparación y consolidar la disuasión ante amenazas globales.