Miles de personas han sido detenidas en los últimos días por salir a las calles en Centroamérica desafiando el llamado de las autoridades para evitar la propagación del coronarivus, que ha cobrado la vida de más de 54,000 personas alrededor del mundo.
En Honduras, donde el virus ha infectado a más de 200, imágenes de televisión mostraron el viernes un mercado callejero en los suburbios de Tegucigalpa atiborrado de personas haciendo sus compras para el fin de semana. Algunos usaban mascarillas, pero no guardaban la distancia recomendada por expertos.
Según las autoridades, en los últimos días cerca de 2,250 personas han sido arrestadas por violar el toque de queda impuesto desde mediados de marzo por el presidente Juan Orlando Hernández para contener el brote.
Pero en una región donde la mayoría de sus habitantes vive en la pobreza, el llamado a permanecer en casa es una quimera para decenas de miles de personas que dependen de su trabajo diario para subsistir.
«Esto no es un juego», dijo Erwin Monroy, portavoz de la Policía Nacional Civil del vecino Guatemala, donde hasta el jueves habían sido detenidas 5,705 personas por salir de sus casas sin una justificación.
«Simple y sencillamente la gente piensa que no pasa nada», agregó el funcionario. Hasta ahora el país registra casi 50 contagios y al menos un deceso relacionado con la nueva cepa del virus.
En Panamá, el país centroamericano con mayor cantidad de contagios y fallecidos, autoridades dijeron que en las últimas semanas han sido detenidas más de 5,000 personas por violar el toque de queda.
Y en las últimas horas, desde que empezó a regir una restricción de circulación por género, los uniformados han detenido a 424 personas por no cumplir la cuarentena.
El ministro de Seguridad de Panamá, Juan Pino, detalló que las zonas donde se registró la mayor cantidad de retenciones coinciden son las que tienen mayor cantidad de casos de coronavirus, un brote que ha infectado a 1,475 personas y dejado 37 fallecidos en el istmo.
Mientras tanto, en El Salvador, 712 personas han sido detenidas por incumplir la cuarentena domiciliar obligatoria decretada por el presidente, Nayib Bukele, y han sido llevadas a centros de contención desperdigados por todo el país.
Sin embargo, la estrategia de los gobiernos de perseguir a quienes salen a las calles y confinarlos en masa en prisiones altamente hacinadas ha sido duramente criticada por algunos especialistas.
«Es un peligro», dijo Corinne Dedick, analista en temas de seguridad del guatemalteco Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN). «Realmente me parece peligroso amontonar a la gente ahora con esta pandemia y lo fuertemente contagioso que es ese virus».
Información de Reuters