El congreso de Ciudad de México tipificó el viernes como un delito obligar a una persona a someterse a terapias de conversión sexual e impuso penas de entre dos y cinco años de prisión para quienes impartan este tipo de tratamientos.
A través de internet, por las restricciones impuestas tras la pandemia del coronavirus, el legislativo local aprobó con 49 votos a favor, nueve en contra y cinco abstenciones la reforma al código penal capitalino.
«El dictamen tipifica como delitos contra el libre desarrollo de la personalidad e identidad sexual a quien imparta u obligue a otro a recibir una terapia de conversión», dijo el congreso de Ciudad de México en su cuenta de Twitter.
Las penas, inéditas en país, van entre dos a cinco años de cárcel y hasta 100 horas de trabajo comunitario.
En 2010, Ciudad de México legalizó el matrimonio igualitario y, a mediados de 2015, gracias a una decisión de la Suprema Corte de Justicia, a las familias homoparentales se les permitió adoptar niños en todo el país.
Pero a pesar de los avances, la discriminación aún sigue latente y México es uno de los países donde más asesinatos por orientación sexual se cometen, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El año pasado se registraron al menos 117 crímenes de odio por homofobia, según organizaciones civiles.
En la populosa capital mexicana, hogar de más de nueve millones de habitantes, se ofrecen Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género (ECOSIG) que, en algunos casos, han derivado en privación de la libertad, tortura y hasta violaciones, según medios locales.
En decenas de países de todo el mundo aún se considera un crimen el ser homosexual. Muy pocas naciones, entre ellas México, contemplan la no discriminación por razones de orientación sexual en sus cartas magnas.
Información de Reuters