Durante una sesión pública, el diputado federal Arturo Ávila, portavoz de Morena en la Cámara de Diputados, lanzó una dura acusación contra la senadora Lilly Téllez: la calificó como “una gran traidora a la patria” y la criticó como “poco institucional” por exponer públicamente las fallas del sistema político mexicano.
¿Qué denunció Lilly Téllez?
Lilly Téllez ha construido su narrativa política sobre la crítica frontal a las instituciones y prácticas públicas. A lo largo de su carrera —primero como periodista de investigación, luego como senadora— ha señalado con fuerza:
- La complicidad y corrupción en el gobierno.
- La inacción frente a la violencia o el crimen organizado.
- Las políticas de Estado que, según su perspectiva, priorizan salvaguardar estructuras corruptas en lugar de servir a la ciudadanía.
Sus denuncias han sido directas, sin filtros, lo que explica la ofensiva del diputado Ávila, quien parece sentirlas como una amenaza al discurso oficial.
¿Por qué es gravísimo este ataque a Lilly Téllez?
El señalamiento de Arturo Ávila no es un simple exabrupto: es un golpe directo a la libertad de expresión y a la posibilidad de disenso dentro de una democracia.
- Criminalizar la crítica es censura política.
Llamar “traidora a la patria” a una legisladora por denunciar corrupción no es un debate político: es un intento de silenciarla y deslegitimar sus palabras. - Precedente peligroso.
Si se normaliza que se acuse de “traición” a quien piensa distinto, se abre la puerta a que cualquier voz crítica, ciudadana, periodística o política; sea tratada como enemiga del Estado. - La sombra del desafuero.
Claudia Sheinbaum ha dejado entrever la posibilidad de impulsar un proceso de desafuero contra Lilly Téllez, lo que agravaría todavía más la situación. No estaríamos hablando solo de un ataque verbal, sino de una acción institucional para castigar a una legisladora por ejercer su derecho a la crítica. - Implicaciones para el futuro.
Si hoy se busca callar a Lilly, mañana podría ser cualquier senador, periodista, académico o ciudadano. La censura política genera un clima de miedo donde solo se permite aplaudir, nunca cuestionar.
¿Qué significa todo esto?
El episodio refleja el estado crítico de la democracia mexicana: mientras se presume respeto a las libertades, la realidad muestra cómo el poder intenta sofocar la disidencia. Llamar “traidora a la patria” a Lilly Téllez por denunciar fallas no solo es injusto; es un síntoma de un país que podría estar caminando hacia la criminalización de la palabra.