Se trata de una droga nueva y potente que ya llegó a Estados Unidos: el fentanilo. Podría ser la misma que le provocó la muerte al músico Prince, y cuya venta ahora es el favorito de los cárteles mexicanos, según una publicación del New York Times.
En el reportaje se citan a autoridades policiacas y agentes fronterizos de la Unión Americana, quienes explicaron que se trata de una droga altamente rentable.
Jack Riley, administrador adjunto de la Dirección de Control de Drogas, explicó que para atender al mercado, son enviados cargamentos provenientes de China. Y es que su demanda podría deberse a la restricción de algunos medicamentos.
Según las mismas autoridades estadounidenses, el opiáceo se convirtió en una droga accesible y barata. Esto porque es 40 veces más potente que la heroína y no requiere ningún otro proceso.
“Un kilogramo de heroína comprado a Colombia por aproximadamente seis mil dólares se puede vender a unos 80 mil; mientras que un kilogramo de fentanilo puro, comprado a China por menos de cinco mil dólares, tan potente que puede ser ‘estirado’ de 16 a 24 kilogramos usando otros agentes para rebajarlo, como polvos de taco, puede venderse en hasta 80 mil dólares”, apunta la investigación.
Con estas cifras, se conseguirían ganancia de hasta 1.6 millones, según reportes de la DEA.
El NYT agregó que el fentanilo se usa en muchas formas por los cárteles, ya que se puede mezclar con heroína para aumentar su resistencia, lo que se llama ‘diablito’ o ‘pequeño diablo’.
Respecto al narcotráfico mexicano, se sabe que en 2015 se incautaron 200 libras de fentanilo en la frontera con México, reveló Gil Kerlikowske, comisionado de Estados Unidos de Aduanas y Protección Fronteriza. Esta es una cifra alarmante si se toma en cuenta que se incautaron ocho en 2014.
“Desde 2010, el fentanilo recuperado por la policía estadunidense en todo el país se ha multiplicado por veinte veces, a partir de 640 muestras analizadas”, explica el diario.
Se sabe que hace diez años se dio una racha de muertes relacionadas con el fentanilo, misma que provenía de un laboratorio clandestino en México.
Con información de El Universal y del New York Times