Hace ya treinta años, a mediados de los noventas, comenzó a formarse una tendencia que como vértice ideológico propone la superación de las “deficiencias humanas” en sus limitantes físicas y psíquicas, la cual devendrá en un nuevo ser: el post-humano, siendo este estado transicional en búsqueda de la perfección genética. Motivados por el afán de encontrar la fórmula para llegar a la utopía humana y apoyados de herramientas y procesos tecnológicos, los transhumanistas pretenden desligar al ser de las características que lo hacen vulnerable.
En la muestra organizada por Arca México y la Galería Óscar Román se muestra una exhibición grupal, donde el punto originario de creación de las obras son las singularidades que el transhumanismo desea modificar: emociones, el paso del tiempo, imperfecciones genéticas e identidad. Esta hipótesis aspira a una sociedad igualitaria en oportunidades genéticas y emocionales, produciendo desde el momento de la gestación seres perfeccionados. El transhumano tendrá unas capacidades físicas, intelectuales y psicológicas mejores que las del ser humano actual, no se sabe bien si será un ser natural o artificial ya que tendrá el control de todos los estímulos sensoriales y no sufrirá a nivel psicológico.
Para el politólogo, Francis Fukuyama, el Transhumanismo es una de las tendencias más peligrosas para la sociedad actual. Se trata de un antihumanismo que imagina la realización de la especie humana por medio de la abolición del ser humano, que para llegar a un posthumano más perfecto, se necesita eliminar a los seres vulnerables y frágiles, como si se tratara de algo sin valor.