Para México el turismo es un factor clave para la economía; como un motor orgánico que ofrece cada territorio, el impulso a este sector es un acierto en todos los niveles de gestión. La riqueza cultural y física del país representa uno de los más sólidos atributos para la atracción de visitantes, y año con año, diversos destinos reciben a miles provenientes del interior de la República y el extranjero.
De acuerdo con la Organización Mundial de Turismo, México es el octavo país más visitado por turistas internacionales luego de que al cierre de 2016 se registrara el arribo de 35 millones de turistas, convirtiéndose además, en la segunda nación más visitada del continente después de Estados Unidos.
Asimismo, cifras del Barómetro del Turismo Mundial indican que hasta julio de 2017, nuestro país obtuvo una derrama económica de 19 mil 600 millones de dólares, colocándolo en el lugar número 14 en ganancias a nivel mundial, de ahí que cada región del país con vocación turística deba implementar las estrategias adecuadas para explotar los recursos que la hacen atractiva y competitiva, combinando la modernización de infraestructura y conservación de espacios, la innovación, calidad de vida y experiencias inigualables, a fin de mejorar las atracciones que ofrecen a los visitantes.
Las ciudades y sus habitantes se vuelcan en un objetivo común: impulsar la economía de su región, ejemplo de ello, la multiculturalidad que muchas de ellas adoptan mejorando todo tipo servicios e incluso convirtiendo otro idioma en propio.
Y es que el turismo es un sector fundamental en el desempeño de la economía. Según la publicación sobre Tendencias y Políticas de Turismo 2016 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se proyecta que para 2030 la llegada de turistas a las economías emergentes crecerá más del doble en comparación con la de economías avanzadas.
Sin duda existen grandes retos para el turismo que requieren políticas públicas activas e innovadoras que permitan que el turismo se mantenga como un sector competitivo; además, mediante una mayor integración del turismo en el plan nacional de desarrollo, nuestro país ha buscado marcos de gobernanza y enfoques de políticas nuevas y eficaces para apoyar este sector. En este sentido, la OCDE recomienda las siguientes estrategias para mejorar la atracción de los destinos turísticos: la diversificación, desarrollo del producto en tipos de turismo, eventos y opciones de movilidad así como promover la competitividad en cuanto a precios y ofertas.
Es importante resaltar el papel fundamental que juega la seguridad en todos sus niveles para garantizar una feliz estancia a los millones de visitantes que recorren México año con año, ya que los tres niveles de gobierno deben apostar a la capacitación y profesionalización permanente de las policías en todos los ámbitos, a fin de que puedan contribuir y colaborar efectivamente en la prevención del delito y en la atención del turismo.
De igual forma se debe promover la eficiencia del transporte en el sector, un elemento básico en la experiencia turística. Para ello, se requiere de una buena gestión gubernamental en cooperación con la iniciativa privada con el fin de crear y apoyar incentivos para una mayor inversión en conectividad y desarrollo de transporte eficiente.
De esta manera, los tres niveles de gobierno deben atender el sector turístico como una de las principales herramientas de desarrollo económico de nuestro país y no deben dejar pasar la oportunidad de seguir innovando para ofrecer a nacionales y extranjeros la oportunidad de seguir descubriendo las maravillas que México ofrece. Es mi opinión…
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