Parece que no terminamos por entender del grave deterioro ambiental que estamos causando al planeta; los altos niveles de contaminación en el agua y atmósfera son causantes de millones de muertes y así lo señaló la Organización Mundial de la Salud recientemente.
Este informe, señala que el 92% de la población mundial vive en lugares donde los niveles de calidad del aire exceden los límites; el dato más duro es que el 11.6% de todas las muertes mundiales se relacionan con la contaminación ambiental.
Esta misma contaminación atmosférica influye directamente en el calentamiento global –que podría ser peor si no tuviéramos ayuda- provocando que mes con mes continúen reportándose récords negativos para el clima y el ser humano como períodos excepcionalmente prolongados de calor, aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero, decoloración (muerte) de los arrecifes de coral y la continua fusión de los hielos marinos del Ártico.
Fusión del hielo marino más pronto en primavera y la formación de hielo más tarde en el otoño en el entorno de 19 poblaciones de osos polares, lo cual puede afectar negativamente a la capacidad de alimentación y reproducción de esa especie.
La ayuda que mencioné anteriormente proviene de las grandes erupciones volcánicas. Así como los volcanes emiten gases de efecto invernadero, como el CO2, también emiten dióxido de azufre que ayudan a enfriar el planeta.
Solo las grandes erupciones emiten el suficiente dióxido de azufre que se convierte en ácido sulfúrico, se condensa y forma aerosoles que tienen la capacidad de reflejar la radiación solar enfriando la tropósfera (zona baja de la atmósfera terrestre); también las grandes nubes de ceniza suspendidas hasta por meses oscurecen los cielos y la radiación solar no llega a la superficie.
Esto ya ha sucedido en varias ocasiones dando ligeros respiros al sostenido incremento de las temperaturas globales (desde la revolución industrial en el siglo XVIII). Algunas de las erupciones más importantes fueron: Tambora, Indonesia, 1815; Krakatoa, Indonesia, 1883; Agung, Indonesia, 1963; Santa Helena, EE.UU., 1980; Chichón, México, 1982; y Pinatubo, Filipinas, 1991.
Pero esta “ayuda” no duraría mucho. La tendencia de temperaturas a la alza se reanuda en cuanto se disipan los aerosoles y la ceniza se precipita en superficie. La intensa actividad industrial + los procesos naturales continúan aportando gases de efecto invernadero y con ello deteriorando el medio ambiente; esta tendencia seguirá mientras no cambiemos nuestro comportamiento de consumo dejando a un los hidrocarburos y nos acerquemos hacia las energías renovables.
¡El clima ya está cambiando! Un ejemplo es que no se cumplió el teórico cicló que después del fenómeno de “El Niño” sigue “La Niña” o por lo menos ahora se pronostica un desarrollo débil. Estamos por aprender cuáles son las consecuencias de las temperaturas cálidas en superficies oceánicas y terrestres más allá de ya sabemos sobre las intensas temporadas ciclónicas.
¿Ya es demasiado tarde para corregir el rumbo? Es una respuesta que en los próximos años responderemos y que no serán las próximas generaciones quienes vivan estas consecuencias sino nosotros mismos. Quizás también debamos hacer plena conciencia que no somos la única especie que habita el planeta y que nuestras acciones como especie marcan el futuro para la vida de todos los que aquí habitamos. Y no estoy exagerando sino una cruda realidad, aunque el descerebrado de Donald Trump niegue que existan riesgos por el cambio climático.
P.D.- La semana pasada se realizó el simulacro con la peor participación que se ha visto en años, lamentablemente la apatía ganó. Nos hemos confiado que las alertas sísmicas nos dan varios segundos para estar preparados cuando llegue el sismo; si desconocemos qué hacer con esos segundos los esfuerzos serán en vano. Me preocupa que son las nuevas generaciones –quienes no vivieron los terremotos de 1985- las que han mostrado bajo interés en la prevención; ellos son quienes más conscientes deben ser del peligro sísmico en México, precisamente, porque al no haber tenido dicha experiencia desconocen lo vulnerable que somos ante estos fenómenos.
Referencias:
Organización Meteorológica Mundial
http://www.wmo.int/pages/index_es.html
Climate Central
http://www.climatecentral.org/
NASA
http://earthobservatory.nasa.gov/Features/Volcano/
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