Cuando pensamos en qué es ser mujer o qué es ser hombre, tenemos ciertas ideas. Por supuesto, muchas dificultades salen a la luz en el proceso de pensarnos y también muchos prejuicios de acuerdo a lo que se nos ha enseñado. La pregunta por qué es ser mujer ha cobrado siempre posturas muy distantes entre sí. Así mismo, nos vemos inundados de ideas bastante cuadradas acerca de qué hace que alguien sea más femenino o más masculino. Ni se diga entónces cuando nos preguntamos qué quiere una mujer, si de por sí nos cuesta entender qué es eso de “una mujer”. ¿Existe cosa tal como solo una mujer o más bien hay diferentes formas? Es así como entre dichos populares, la gente dice cosas como “a las mujeres no hay que comprenderlas, sino amarlas”, en la intuición o conocimiento de que hay cosas acerca de la diferencia de los sexos de las que uno nunca acaba de saber.
Fernanda Magallanes en su libro ¿Qué quiere una mujer? : Lo femenino en psicoanálisis de Editorial Letra Viva, más allá de intentar dar cuenta de qué es ser mujer o qué es ser hombre; hace un trabajo de deconstrucción acerca de que exista cosa tal como qué es una mujer o qué es un hombre. La diferencia es algo que se ha de pensar, no de imponer. Si es sólo impuesta nuestra sexualidad, lejos de apropiarnos un poco de ella, se trata justo de que sea igual a la de quien nos la impuso. Es decir, ahí no hay diferencia.
En una investigación acerca de la mujer en psicoanálisis, va tejiendo un hilo conductor por diferentes posturas que intentan comprender el enigma de la feminidad. En este libro, Fernanda retoma algunos conceptos complejos, llevando al lector de la mano a manera de que la lectura sea fácil. Este proceso de escritura tomó cinco años pues Fernanda intentó integrar la experiencia propia con lo que iba leyendo y escribiendo.
Las ideas que tuvo Freud acerca de qué es ser mujer o qué es ser hombre han sido un golpe tan fuerte en el pensamiento de su siglo que incluso han llevado a la mayoría de las feministas a pensar a favor o en contra de Freud pero no sin él. Freud se preguntaba por las mujeres, las escuchaba y en su constante duda por el enigma de la sexualidad, del deseo, de La Vida, dejó un campo abierto a pensar muchas cosas. La autora propone que hoy en día, los cuerpos actúan lo que es masculino o femenino porque Freud teorizó cierto discurso en una época.
Sin embargo, hay cuerpos que escapan a esta normalización, a ese dictámen. Hoy en día, con distintas tecnologías que ayudan a tener hijos diferentes a la configuración papá-mamá y las operaciones de cambio de sexo, nos enfrentamos a una nueva forma de ser cuerpo. Diferentes formas de manifestar la identidad de género también han emergido como un invento en los cuerpos transexuales o transgénero. Es así como Fernanda en este libro empieza a hacerse preguntas por lo que se ha constituido como masculino o femenino, por la posición subjetiva por la que alguien decide pensarse hombre o mujer.
Fernanda decide hablar de que la lógica de aquello que desconocemos, aquello que es inconsciente, no tiene género. ¿Qué es entónces la diferencia de los sexos? ¿Qué es ser de una manera o de otra? Fernanda propone que la diferencia hoy no se puede pensar en términos de masculino y femenino, sino también retomando a Freud, pensar una diferencia radical entre cada cuerpo como un cuerpo único en su expresión.