jueves, agosto 7, 2025

Top 5 This Week

Related Posts

De las urnas a las redes: la evolución del feminismo en México

El feminismo en México no es un movimiento nuevo, ni tampoco homogéneo. Es una construcción histórica compleja que ha atravesado diversas etapas, desde la conquista del voto hasta la exigencia actual por una transformación radical de las relaciones sociales. Esta evolución ha sido impulsada tanto desde las calles como desde el pensamiento académico, como demuestra el análisis de especialistas del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.

Ciudadanas, por fin

El sufragismo, nacido a finales del siglo XIX, fue el primer gran hito en la historia feminista global. En México, su impacto se materializó en 1953, cuando el Estado reconoció a las mujeres como ciudadanas con derecho al voto. En 1955, por primera vez, las mexicanas participaron en elecciones federales y pudieron aspirar a cargos públicos. Este derecho político fue la puerta de entrada para muchos otros: estudiar, trabajar, decidir sobre su vida profesional y económica.

Hortensia Moreno, académica del CIEG, recuerda que durante su juventud aún persistía la idea de que estudiar era solo un trámite antes del matrimonio. “El destino de las mujeres era criar hijos, atender al marido y tener una cocina bonita”, dice, retratando una época donde la vida pública era privilegio masculino.

El cuerpo como territorio político

En los años 60 y 70, el feminismo mexicano tomó fuerza en torno al derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. La separación entre sexualidad y reproducción, gracias a los avances científicos como la píldora anticonceptiva, permitió nuevos horizontes de autonomía.

La consigna “Mi cuerpo es mío” se convirtió en bandera de luchas que exigían no solo acceso a anticonceptivos, sino también el derecho al aborto. En 2007, la Ciudad de México despenalizó la interrupción voluntaria del embarazo, abriendo el camino para una ola de reformas en varios estados del país.

Del pensamiento a la acción colectiva

El feminismo también encontró en la reflexión académica un instrumento transformador. En 1990, Marta Lamas fundó la revista Debate feminista, un proyecto que desde su inicio buscó tender puentes entre el pensamiento riguroso y el activismo. “El feminismo no solo se grita, también se estudia”, afirma Lamas, quien resalta la necesidad de producir conocimiento con impacto político.

Durante 25 años, la revista fue un referente en América Latina. Desde 2016, es patrimonio editorial de la UNAM y está dirigida por Hortensia Moreno. La publicación sigue siendo un espacio vital donde confluyen teoría, política, ciencia, literatura y crítica social.

Feminismo contemporáneo: multitudes, pantallas y nuevas voces

A partir de 2016, el feminismo vivió un nuevo auge en México: las jóvenes tomaron las calles bajo el lema “Ni una más”, exigiendo un alto a la violencia feminicida. El #MeToo mexicano, en 2019, utilizó redes sociales para denunciar agresores en espacios académicos, culturales y políticos.

Hoy, el movimiento es diverso, multicolor, contradictorio. “Ya no hay un solo feminismo, sino muchos, y todos buscan construir una sociedad verdaderamente democrática”, sostiene Marta Lamas.

Una lucha que no es solo de mujeres

Ambas académicas coinciden en que el feminismo no es un asunto exclusivo de mujeres. Es una propuesta ética, política y social que busca transformar las relaciones de poder, cuestionar los mandatos de género y construir una convivencia más justa. En palabras de Hortensia Moreno: “No se trata de cambiar a las mujeres para que encajen en el mundo; se trata de cambiar el mundo para que las mujeres y, todas las personas, puedan vivir libres, plenas y sin miedo”.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Popular Articles