De manera paulatina, China incrementa su oferta de equipo militar en América Latina, especialmente en naciones como Perú, Venezuela y Costa Rica, lo que llama la atención en Estados Unidos, consideró el profesor de la United States Army War College, Evan Ellis, al participar en el Ciclo de Conferencias China-México organizado por la UNAM.
Acompañado por Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios México-China de esta casa de estudios, el investigador estadounidense reflexionó que si bien existe una preocupación, la realidad es que la actual administración del presidente John Biden no busca obstaculizar las operaciones de naciones soberanas.
Aunque no hay bases o alianza formales, se nota un aumento en las relaciones militares y la presencia comercial, ya sea por la posibilidad de uso dual del conocimiento o capacitación sobre cómo poner en jaque buques; no es que esto sea un complot contra Estados Unidos, pero si se tiene la responsabilidad de defender la patria es necesario considerar que esto genera una vulnerabilidad, comentó.
El investigador ofreció la charla “Oportunidades y retos de la República Popular China para México. Las recientes actividades militares chinas en América Latina y el Caribe”, en la que señaló que hasta ahora se han identificado siete líneas de acción tomadas por la nación asiática para posicionar equipos en la milicia, la policía y las fuerzas de seguridad privadas latinoamericanas.
El también miembro del Strategic Studies Institute detalló que la primera, y más evidente, es la venta de armas que ha ido evolucionando en los últimos 15 años, mediante compra de armamento por parte de gobiernos populistas (Venezuela, Ecuador y Bolivia), los cuales antes adquirían equipos rusos y ahora cuentan con aviones cazas Hongung K-8W, radares militares, vehículos blindados, misiles anti-nave C-802, helicópteros y otros como ambulancias SAIC/IVECO.
Aunque también gobiernos antiEstados Unidos, como Argentina, Perú, Trinidad y Tobago y Brasil que han comenzado a adquirir cantidades limitadas de armas chinas, afirmó el profesor de la United States Army War College.
Además se ha visto que China ha otorgado “regalos” para desarrollar las relaciones con el sector de seguridad. El especialista precisó que Perú, por ejemplo, recibió en 2023 vehículos blindados; Bolivia camiones y lanchas; Colombia, ropa militar; República Dominicana, motos y carros; y Costa Rica, camiones de uso dual.
Es importante mencionar que no solo han sido regalos a los militares, sino también a policías. Por ejemplo, República Dominicana recibió 140 motos y también algunos vehículos blindados; Costa Rica, que cambió sus relaciones al reconocer a China continental, ha aceptado obsequios de bajo perfil como un edificio de capacitación policial, motos y, más recientemente, 2 mil chalecos antibalas y cascos, puntualizó Ellis.
Hay otro punto, es el problema de contratación. Las naciones latinoamericanas han reportado gran cantidad de dificultades con los productos recibidos por la incorrecta traducción de manuales, vibración excesiva en los camiones o mala calidad de las municiones.
Esta situación provoca que aun cuando se tenga la intención de comprar más, las adquisiciones se han detenido por parte de Argentina, Uruguay y Brasil.
También se registra presencia militar intermitente. Ellis recordó arribos del buque hospital chino “Arco de Paz”, desde 2011 hasta 2019 en la región, pero también operaciones militares de ejercicios de fragatas chinas en Chile y Brasil, lo que se ha vuelto cada vez más continuo. Las visitas de alto nivel, como la del comisario Yuan Huazhai a la armada de Brasil, en junio de 2023, han aumentado.
La última línea de acción es la capacitación de la policía latinoamericana donde oficiales reciben estudios en la Universidad de Defensa Nacional de Changping (Beijing), o cursos especializados de las Fuerzas Navales; se tiene noticias de que se trata de participar más en este mercado.
Lo más significativo para mí fue un foro sobre seguridad global realizado en China donde había 50 naciones, entre ellas Nicaragua y Surinam; no es algo tan peligroso, pero se nota una tendencia para tratar de estrechar lazos de forma parecida a la que ha hecho en otras áreas, finalizó el investigador.