La lucha diaria de una niña por estudiar
El periódico La Jornada cubrió una historia que, si bien conmovedora, también es indignante. Se trata sobre una niña llamada Yareli Ortiz, tiene 9 años y todos los días enfrenta un reto que ningún niño debería cargar: caminar 16 kilómetros en la sierra de Hidalgo para poder estudiar.
Yareli vive en Rancho Nuevo, donde la primaria cerró hace tres años por falta de alumnos. Desde entonces, es la única niña de su comunidad que sigue asistiendo a la escuela, en la localidad de Xiopa. Para llegar, recorre a pie un trayecto de cinco horas diarias por caminos de terracería.
El abandono institucional
A pesar de lo extraordinario de su esfuerzo, el apoyo gubernamental ha sido prácticamente nulo. La alcaldía únicamente le entregó una mochila escolar, mientras que su familia ha tenido que recurrir a donaciones ciudadanas con la esperanza de comprar una motoneta que le permita acortar el trayecto.
El caso de Yareli no es aislado: miles de comunidades rurales en México padecen cierres de escuelas, falta de transporte y abandono educativo, dejando en manos de niñas y niños la carga de sostener su derecho a aprender.
Una historia que expone a México
Yareli representa la cara más dura de un país donde la educación pública está prometida en discursos, pero negada en la práctica. Mientras se presume austeridad y programas sociales, en la realidad hay niñas que deben recorrer kilómetros a pie para no perder su futuro.
La historia de Yareli debería ser un llamado urgente a las autoridades: abrir escuelas, garantizar transporte escolar y poner la educación por encima de la propaganda.