Donald Trump, admitió que Rusia podría haber interferido en las elecciones de 2016 que le dieron la victoria sobre Hillary Clinton. «Lo he dicho muy sencillamente, creo que muy bien podría haber sido Rusia, creo que bien podrían haber sido otros países. Mucha gente interfiere. Eso lleva ocurriendo mucho tiempo».
El líder estadounidense, que llegó este miércoles a Polonia para una breve visita, aprovechó para criticar el «mal comportamiento» de Corea del Norte y se comprometió a apoyar a Polonia frente al «comportamiento desestabilizador» de Rusia en la región. Un portavoz del Kremlin reaccionó de inmediato desde Moscú y rechazó el calificativo.
Trump habló de Rusia y criticó a su predecesor Barack Obama: «Le dijeron a principios de agosto que Rusia estaba tratando de involucrarse [en la campaña electoral] con bastante fuerza. No hizo nada al respecto y eso es porque pensaba que Hillary iba a ganar», ha afirmado Trump.
Para el Gobierno ultraconservador polaco de Ley y Justicia, la visita de Trump es un logro de su política exterior. Y así lo han vendido durante semanas, tratando de demostrar que el país, confrontado con Bruselas por su rechazo a la política migratoria común y muy criticado por sus reformas antidemocráticas, no está tan aislado como parece. Trump, con enormes similitudes con el Gobierno ultraconservador, euroescéptico, nacionalista y xenófobo del PiS difiere sin embargo en su aproximación a Rusia, a quien Polonia ve como un auténtico enemigo.
Por este motivo, que el republicano se haya referido a «las acciones y el comportamiento desestabilizador» de Rusia, es un pequeño logro para Varsovia, además Trump ha elogiado el compromiso de Polonia, uno de los pocos países de la OTAN que gasta más del 2 por ciento en seguridad, con la política de defensa.
Con información de El País